5780: LA DÉCADA DE PEI II
Lo que podemos esperar para este año y década
Segunda parte
Por Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
En la Primera parte de este mensaje estudiamos el significado de la imagen de la letra hebrea Pei (boca) y su relación con la acción de hablar o de comunicar; y nos adentramos un poco en su significado teológico y su relación con los actos de Dios al hablar y crear. Así también, estudiamos el significado de su valor numérico (80), en relación con el tiempo en el que entramos a partir del nuevo año 5780, en el actual calendario hebreo. Decíamos que ahora entramos a la Década de Pei y dejábamos atrás la Década del Ayin, la cual estaba signada por la facultad de ver, de percibir y observar física y espiritualmente nuestra realidad o lo que Dios nos muestra.
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Pero antes de proseguir, me gustaría comentar un poco el significado del diseño de la carátula de este año 5780, ya que algunos lectores me han preguntado al respecto.
Como suelo hacerlo, antes de hacer algún diseño que considero es importante, le pido en oración al Señor que me guíe y me ayude en el proceso. Y creo que una vez más conté con Su ayuda. Y también tomé en cuenta el lenguaje simbólico que nos dan las Escrituras, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento, que ya hemos aprendido en la última década.
En esta oportunidad quise comunicar claramente la importancia de la Palabra de Dios, que como hemos visto en la Primera parte de este estudio, por medio de la letra Pei (Peh) nos viene de manera doble, por medio del número del testimonio: el dos (2). Así, usé dos textos de las Sagradas Escrituras, uno en hebreo y el otro en griego. Y dos símbolos muy conocidos, el shofar clásico de cuerno de carnero, que representa la Voz de Dios, la Palabra hablada de Dios; y la vara floreada de almendro, que representa la Palabra profética que tiene seguro cumplimiento.
En la Biblia, el Shofar o trompeta es un tipo o símbolo de la Voz de Dios (Éx. 19:18-19; Sal. 81:3,8; 1Tes. 4:16; 1Cor. 15:50-52). Siempre vemos que cuando Dios se dispone a hablar, a dar Su mensaje profético, se oye el sonido de Su trompeta, que representa Su voz (Éx. 19:18-19; Is. 6:1-5; Ap. 1:10; 4:1). Y el apóstol Pablo dice en 1Tesalonicenses 4:16, que el Señor anunciará Su venida o regreso con la voz de arcángel y trompeta de Dios; igual dice en 1Corintios 15:52. Esa es una de la razones que nos indica la posibilidad que la Segunda venida del Señor acontezca durante la celebración de la Fiesta de las trompetas, que en hebreo es Yom Teruaj, que literalmente significa "Día de la trompeta" o del sonido de trompeta, que se celebra en la luna nueva de Tishri o a comienzos del mes de Tishri.
El símbolo de la vara floreada de almendro lo podemos encontrar claramente expuesto en el primer capítulo del libro de Jeremías, cuando Dios lo llama (Jer. 1:4-12):
"Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
- Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
- Y yo dije: !!Ah! !!ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: - ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: -Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: -Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra."
Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras."
Cabe señalar que en el caso particular de Aarón, él fue más que sacerdote, él fue designado por Dios como profeta para Moisés, quien tenía dificultades para hablar. Moisés fue la "boca de Dios" y Aarón "la boca para Moisés" (Éx. 4:10-17; 7:1-2). Dios usó la boca y la vara de almendro de Aarón para comunicar Su Palabra.
Por eso coloqué en el diseño dos ramas de almendros, para simbolizar tanto a la vara de Aarón como la vara que vio Jeremías. Y en ambos casos fue usado no sólo como un símbolo de lenguaje profético sino también de llamamiento sacerdotal, porque ambos, tanto Aarón como Jeremías, fueron sacerdotes, intercesores de Dios delante de Su pueblo.
Y así en este diseño, quedan expresadas las DOS formas principales de comunicación de Dios en la Biblia: por medio de la Palabra escrita y por medio de la Palabra hablada. Y por medio de la Palabra, que es Cristo, podemos ser los sacerdotes reales que el Padre quiere que seamos "para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable", para que seamos Sus intercesores, los conectores y representantes entre el cielo y la tierra.
Querido lector, quiero que tome nota de la importancia que representará que este nuevo tiempo expresado por medio del significado de la Pei venga enmarcado en el número dos (2). Como lo dije antes, el año 5780 del calendario hebreo se desarrollará dentro del año 2020 dentro del calendario gregoriano. Y curiosamente, si sumamos todos los dígitos del 5780 nos dará también el número 20. Y la expresión mínima del número ochenta (80) se reduce también al número dos (2). Y cuando digo esto viene a mi mente lo dicho por el Señor al profeta Isaías:
"Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié."
Es decir, la Palabra de Dios siempre vendrá por lo mínimo en dos (2) acciones, nunca habrá una sola acción, siempre habrá dos acciones: Dios hablará o habrá hablado y luego algo sucederá o acontecerá.
Y de eso es lo que vamos hablar ahora, de los dos principales actos o resultados que acontecen cuando Dios ha hablado o habla por medio de Sus profetas o mensajeros.
Pei: Palabra y Creación
En la Primera parte de este mensaje vimos que hay una estrecha relación entre la Palabra hablada de Dios y Sus actos de creación, todo acorde a Su tiempo o tiempos señalados (Heb. moedim).
Ahora Dios quiere que basados en ese conocimiento y entendimiento de Su tiempo y Palabra (lenguaje), nos movamos hacia la relación que hay entre Su Palabra revelada y Sus actos de creación. Dicho de otra manera, Dios quiere que desde Su kairós (tiempos, ciclos y estaciones) podamos recibir Su Palabra (con mayor entendimiento o revelación) y procedamos luego a ejecutar, crear o traer a existencia todo aquello que Él nos haya entregado, nos haya mostrado o haya puesto en nuestra manos para hacer.
Y en la Biblia, podemos observar que el primer resultado que acontece cuando Dios habla es precisamente Su creación (Gn. 1:1-2:3).
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz."
Y lo primero que produce la Palabra hablada de Dios dentro del proceso de creación es LUZ (Heb. or). Que según la concordancia exhaustiva de Strong (No. 216) se puede traducir como: "luz, mañana, lumbre, iluminación, luminaria".
Cabe notar que esta luz aquí no es la misma luz que emiten los astros del universo que, según el orden del relato de Génesis, fueron creados en el cuarto (4) día... ¿Entonces a qué luz se refiere?
A partir de ese verso (Gn. 1:3), Palabra y Luz quedarán irremediablemente unidas. Una es la causa de la otra. Y eso lo vemos en muchos versos de la Biblia; pero quizás uno de los pasajes más importantes en los que vemos manifestada ésta unión es en el prólogo del Evangelio del apóstol Juan (quien también fue sacerdote y profeta):
"En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Éste era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo."
Es imposible no darse cuenta de la intrínseca unión entre la Palabra y la Luz que viene de Dios. Hay innumerables pasajes bíblicos que confirman esa relación. Quizás el pasaje más clásico sea el del Salmo 119:105: "Lámpara [Heb. ner] es a mis pies tu palabra, Y lumbrera [Heb. or ] a mi camino". Por cierto, la Septuaginta (LXX) traduce al griego "o lógos sou" (ver Jn. 1:1) para "tu palabra" (Heb. dabar).
Así que, el primer resultado que produce la Palabra que sale de la boca de Dios es luz, y ésta a su vez contiene vida y crea vida, tal como lo vimos antes en el prólogo juanino. Pero esto es también evidente en el proceso de creación que nos relata el primer capítulo del Génesis, en especial la creación del hombre, quien fue producto de que Dios le hablara y soplara en su nariz Su "aliento de vida", resultando que el hombre fuera "un ser viviente", un alma con vida (Gn. 2:7).
Ahora entiendo que la palabra hebrea "or" (Alef-Vav-Resh) es compleja en su significado espiritual y teológico. La verdad es que el tema es sumamente complejo y misterioso, y no pretendo dar aquí una conclusión definitiva; pero sí creo que podríamos considerar que lo primero que Dios creó fue Su Ley, las leyes del universo, las leyes que regirían Su creación. Porque la función principal de toda ley es establecer orden y guía, y eso es lo que vemos que sucedió cuando Dios habló y creó la luz:
"Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."
Ante el caos y desorden presente en el Principio, Dios lo primero que hizo fue crear y establecer orden y dirección. Y eso fue lo que permitió separar: la luz de las tinieblas; lo bueno de lo malo; las aguas de arriba y las de abajo; las aguas o mares de la tierra seca; los árboles y sus frutos según su género; las grandes lumbreras para separar el día y la noche, la luz de las tinieblas, Sus tiempos y días señalados (moedim); los animales de la tierra, las aves de los cielos y los peces del mar; luego al hombre de la mujer; y por último, el resto de los días de la semana de Su día de reposo (el shabbat).
Usando sus letras hebreas podríamos decir que, la Luz (Alef-Vav-Resh) es "la primera conexión principal" de Dios con Su creación y por ende con el hombre. La Luz creada en Génesis 1:3 serían las leyes del universo que regirían y traerían el orden y dirección, la conexión y cohesión, necesarias entre todo lo creado, visible e invisible, de lo que está en el cielo como en el mar y la tierra. Precisamente en el libro de Job (considerado el primer libro escrito o más antiguo de la Biblia) lo que Dios más le expone al patriarca es su ignorancia y poco conocimiento de las leyes que rigen Su creación o el universo creado (Job 38:1-33).
Pero repito, éste es uno de los muchos acercamientos teológicos que se le pueden dar a la palabra "luz" (Heb. or) en Génesis 1:3 (Comp. Sal. 119:105). Y seguro que en el futuro ahondaremos más sobre este tema tan rico y recurrente en las Sagradas Escrituras.
Culmino diciendo que en Su primer acto al hablar y comunicar Su Palabra Dios se revela como "luz y bueno" como virtudes intrínsecas a Su naturaleza divina, que se ratificará por todas las Sagradas Escrituras:
"Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él." (1Jn. 1:5)
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar."
Y Dios siguiendo Su patrón de acción y creación, habiéndose cumplido el tiempo estipulado (Gn. 15:13-14) y conforme a Su Palabra, dada a Abraham, Jacob y a Moisés, Él liberó a los hijos de Jacob de mano del faraón (palabra ésta que también comienza con Pei: pharoh).
La Palabra hablada (dada a Moisés) precedió a la palabra actuada (ejecutada por Moisés y Aarón ante el faraón y Egipto) y luego vino la palabra escrita en las leyes y preceptos dados por Dios a Moisés en la Torah (ley o enseñanza), en el monte Sinaí. Este orden de revelación y acción es importante, pues lo veremos repetirse muchas veces en la Biblia, llegando a su máxima expresión en Jesucristo, la Palabra hecha carne y luego escrita en los Evangelios del Nuevo Pacto (Berit ha-Dashah).
Y antes de ejecutar Su salvación-liberación, en el proceso de creación de una nueva nación, separa (santifica para sí) a Israel del resto de las naciones y les establece la Ley de Su tiempo (Ex. 12:1-2) y la celebración de Su primera Fiesta (Pesaj):
"Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:
-Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año."
Y con ese acto de creación, Dios le da un nuevo calendario de tiempos a Israel, cuyo primer mes sería Aviv o Nisán, en la estación de Primavera. En ese mes y en la Fiesta de Pascua (Heb. Pesaj), Dios formalmente creó y salvó a la nación de Israel de la esclavitud y opresión egipcia. Luego más adelante, en Sinaí, establecería Sus Fiestas, Sus tiempos kairós, para encontrarse con Su pueblo (Éx. 23:14-19).
Por cierto la palabra Pesaj (Pascua), que se traduce regularmente "pasar por encima", conforme a lo expresado en Éxodo 12:12 "Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto", está conformada por la combinación de Peh+saj, que los rabinos dicen que puede traducirse como "boca+habla" o habla la boca; es decir, Pascua o Pesaj es también un tiempo propicio para recordar, hablar y proclamar de las obras maravillosas de Yahveh a favor de Su pueblo.
Luego de la liberación de Egipto, en el proceso de formación de esa nueva nación, Dios envía nuevamente Su Palabra para revelar más de Sus atributos por los cuales Él será conocido por Su pueblo. En el tiempo entre la Fiesta de la Pascua (Pesaj) y la Fiesta de Pentecostés (Shavuot), que fueron siete (7) semanas (7), o sea 49 más un día, Él no sólo se revela como el Dios de sus padres, Yahveh, Creador de los cielos y de la tierra. De ahora en adelante, Él también será conocido como el Dios de Israel, que los tomó "sobre alas de águila", y los sacó de Egipto "con mano fuerte y brazo extendido". y también sería conocido y recordado como:
1. Yahveh Yeshuah (Éx. 14:1-31), "Dios de mi salvación". Después que el pueblo se quejó y murmuró contra Dios y Su profeta, Él los libra definitivamente de sus enemigos egipcios que los persiguieron hasta las orillas del Mar Rojo. Moisés y María cantaron de júbilo:
"Yahveh es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación [Heb. l-yeshuah].
Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré."
Yahveh es varón de guerra [Heb. ish milechamah]; Yahveh es su nombre."
2. Yahveh Rafá (Éx. 15:22-27), "Dios tu sanador". Otra vez, después que se quejaron por las aguas amargas que encontraron en Mara, Dios se les reveló como Su sanador y transformó las aguas amargas en aguas dulces.
“Si escuchas atentamente la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Yahveh, tu sanador."
3. Yahveh Yireh (Éx. 16:2-12), "Dios tu proveedor". Un més después de haber sido liberados de la esclavitud, nuevamente los israelitas se quejaron delante de Dios y Moisés porque tenían hambre. Entonces Dios proveyó el maná: pan del cielo y también codornices. Y nuevamente les da otro mandamiento con promesa:
"Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día..."
4. Yahveh Nissi (Éx. 17:1-16). "Dios es tu bandera, tu protector". En esta cuarta oportunidad, los israelitas vuelven a quejarse y murmurar contra Moisés por la sed que experimentaron en ese momento. Así que, el Señor le ordenó golpear a un roca para que de ella saliera agua y él llamó el nombre de aquel lugar Masah [Prueba] y Meriba [Rencilla], por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: "¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?"
Luego se levantó Amalec, descendiente de Esaú, contra los hijos de Jacob. Pero Dios nuevamente salva a Su pueblo y, mediante la intercesión de sus líderes y la guerra activa en el campo, les da otra gran victoria. Moisés levanta un altar de adoración a Dios y Él le ordenó escribir un libro de las crónicas de esa gran victoria.
«Escribe esto para que sea recordado en un libro, y di a Josué que borraré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Luego Moisés edificó un altar, al que puso por nombre Yahveh-nissi, diciendo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Yahveh, Yahveh estará en guerra con Amalec de generación en generación.» (17:14-16).
Israel llega al monte Sinaí después de siete (7) semanas, al tercer mes (Siván) de la salida de Egipto. Y Dios desciende y se le revela al pueblo como fuego consumidor. Y al tercer (3) día "hubo truenos y relámpagos, una espesa nube cubrió el monte y se oyó un sonido de trompeta muy fuerte" (Éx. 19:16). Moisés sube al monte a reunirse con Dios y entonces recibe la Ley escrita en tablas, con la cual se regiría la nueva nación. Pero antes, Dios compartió directamente con el pueblo Sus principales mandamientos. Sin embargo, Israel temió ante la presencia poderosa de Dios y designa a Moisés como mediador, como sacerdote y profeta, para el pueblo (20:1-21).
Cristo: Palabra, Creación y Salvación
Hemos visto que Dios habló y estableció Sus leyes para crear los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que en ellos hay. En ese proceso de creación estableció el ciclo básico de tiempos: los siete (7) días de la semana; y simbólicamente, los siete días de una semana profética.
Luego cuando Dios se propuso crear a una nueva nación, que sería conocida como el pueblo de Israel, igualmente primero habló y estableció Sus leyes. Y en ese proceso de creación de una nueva nación lo primero que hizo fue establecer un nuevo calendario y otro ciclo de tiempos: las siete (7) Fiestas del Señor.
Y siglos después, "llegado el tiempo", se reveló la Palabra, la Palabra encarnada, en Jesús de Nazareth, que luego sería conocido como Jesús el Cristo (Heb. Yeshua ha Mashiach) o Cristo Jesús (Gr. Kristós Iesous). Y en Él, Dios mismo se propone crear un Nuevo hombre de todas las naciones (no sólo de Israel) y una Nueva creación; pero esta vez, ¡Jesucristo lo resume todo y es todo!
Voy a exponer brevemente cómo nuestro Señor Jesucristo cumplió con lo establecido en la Ley y cómo en Él se resume y se cumple todo lo dicho por la Ley y los profetas. Espero que usted, querido lector, se tome el tiempo para leer las citas bíblicas, pues ellas son las que confirman las declaraciones que aquí hacemos.
1. Cristo Jesús es la Palabra (Heb. Dabar, Gr. Lógos), Él es la Palabra de Dios que es Dios y estaba desde el Principio con Dios y se encarnó para salvarnos y reconciliar en Él TODAS las cosas, visibles e invisibles. Él es la imagen visible del Dios invisible.
"El es la imagen del Dios invisible, el primogénito [el primero, soberano, Gr. prototokos] de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio [Gr. arché, el comienzo, el origen, la cabeza], el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." (VRV 1960 Col. 1:15-20)
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación." (Ro. 5:1-2, 8-11)
Cristo Jesús: Nuestra justicia, nuestra salvación
Lo voy a poner aquí tan simple como puedo: Es inútil, especialmente para cristianos gentiles o no judíos, pretender regresar al cumplimiento parcial de la Ley de Moisés con sus ritos, ceremonias y decretos. O pretender mezclar "nuestra forma de cumplir" con la Ley de Moisés con nuestra fe en Jesucristo. Amado lector, Pablo lo dejó claro: ¡no podemos tratar de cumplir parcialmente la Ley; o la cumplimos toda o no la cumplimos. ¡Tan sencillo como eso! Y Jesucristo vino, como el Cordero de Dios, PRECISAMENTE porque NADIE, absolutamente NADIE, puede cumplir con la Ley, y NO HAY NADIE lo suficientemente bueno o santo delante de Dios que pueda decir: ¡Estoy sin pecado! (Ecl. 7:20; Sal. 14:1-3; 53:1-3; Is. 59:1-16; Ro. 3:9-20)
El apóstol Pablo (un judío de nacimiento, rabino-fariseo) lo dijo claramente: ¡En Cristo estamos completos! Así que, nuestra relación y dependencia debe ser totalmente en Cristo, porque Él es el cumplimiento de todo. Él es la justicia de Dios, la sabiduría de Dios y el poder de Dios que nos habilita para ser salvos, ser llamados hijos de Dios y coherederos dentro de Su reino.
"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad." (Col. 2:9-10)
Y por último, recordemos siempre lo que el Señor nos dice a todos Sus discípulos, Sus testigos (VRV Jn. 15:15-21; :
"Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado."
CONCLUSIÓN
¡Este año 5780 y la nueva década que iniciamos promete ser muy poderoso!
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Como suelo hacerlo, antes de hacer algún diseño que considero es importante, le pido en oración al Señor que me guíe y me ayude en el proceso. Y creo que una vez más conté con Su ayuda. Y también tomé en cuenta el lenguaje simbólico que nos dan las Escrituras, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento, que ya hemos aprendido en la última década.
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En la Biblia, el Shofar o trompeta es un tipo o símbolo de la Voz de Dios (Éx. 19:18-19; Sal. 81:3,8; 1Tes. 4:16; 1Cor. 15:50-52). Siempre vemos que cuando Dios se dispone a hablar, a dar Su mensaje profético, se oye el sonido de Su trompeta, que representa Su voz (Éx. 19:18-19; Is. 6:1-5; Ap. 1:10; 4:1). Y el apóstol Pablo dice en 1Tesalonicenses 4:16, que el Señor anunciará Su venida o regreso con la voz de arcángel y trompeta de Dios; igual dice en 1Corintios 15:52. Esa es una de la razones que nos indica la posibilidad que la Segunda venida del Señor acontezca durante la celebración de la Fiesta de las trompetas, que en hebreo es Yom Teruaj, que literalmente significa "Día de la trompeta" o del sonido de trompeta, que se celebra en la luna nueva de Tishri o a comienzos del mes de Tishri.
El símbolo de la vara floreada de almendro lo podemos encontrar claramente expuesto en el primer capítulo del libro de Jeremías, cuando Dios lo llama (Jer. 1:4-12):
"Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
- Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
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La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: - ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: -Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: -Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra."
Por favor, note la relación entre VER el símbolo, para luego HABLAR o comunicar su mensaje. ¡Así es como Dios suele comunicar Su Palabra, por medio del lenguaje simbólico, en Su debido tiempo (kairós).
Pero la primera vez que vemos una vara de almendro florecer en la Biblia es cuando Dios designó a la casa de Leví, como casa sacerdotal, por medio de Aarón (Nm. 17:1-10). La Escritura dice exactamente así:
"Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio.Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras."
Cabe señalar que en el caso particular de Aarón, él fue más que sacerdote, él fue designado por Dios como profeta para Moisés, quien tenía dificultades para hablar. Moisés fue la "boca de Dios" y Aarón "la boca para Moisés" (Éx. 4:10-17; 7:1-2). Dios usó la boca y la vara de almendro de Aarón para comunicar Su Palabra.
Por eso coloqué en el diseño dos ramas de almendros, para simbolizar tanto a la vara de Aarón como la vara que vio Jeremías. Y en ambos casos fue usado no sólo como un símbolo de lenguaje profético sino también de llamamiento sacerdotal, porque ambos, tanto Aarón como Jeremías, fueron sacerdotes, intercesores de Dios delante de Su pueblo.
Y así en este diseño, quedan expresadas las DOS formas principales de comunicación de Dios en la Biblia: por medio de la Palabra escrita y por medio de la Palabra hablada. Y por medio de la Palabra, que es Cristo, podemos ser los sacerdotes reales que el Padre quiere que seamos "para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable", para que seamos Sus intercesores, los conectores y representantes entre el cielo y la tierra.
Querido lector, quiero que tome nota de la importancia que representará que este nuevo tiempo expresado por medio del significado de la Pei venga enmarcado en el número dos (2). Como lo dije antes, el año 5780 del calendario hebreo se desarrollará dentro del año 2020 dentro del calendario gregoriano. Y curiosamente, si sumamos todos los dígitos del 5780 nos dará también el número 20. Y la expresión mínima del número ochenta (80) se reduce también al número dos (2). Y cuando digo esto viene a mi mente lo dicho por el Señor al profeta Isaías:
"Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié."
Es decir, la Palabra de Dios siempre vendrá por lo mínimo en dos (2) acciones, nunca habrá una sola acción, siempre habrá dos acciones: Dios hablará o habrá hablado y luego algo sucederá o acontecerá.
Y de eso es lo que vamos hablar ahora, de los dos principales actos o resultados que acontecen cuando Dios ha hablado o habla por medio de Sus profetas o mensajeros.
Pei: Palabra y Creación
En la Primera parte de este mensaje vimos que hay una estrecha relación entre la Palabra hablada de Dios y Sus actos de creación, todo acorde a Su tiempo o tiempos señalados (Heb. moedim).
Ahora Dios quiere que basados en ese conocimiento y entendimiento de Su tiempo y Palabra (lenguaje), nos movamos hacia la relación que hay entre Su Palabra revelada y Sus actos de creación. Dicho de otra manera, Dios quiere que desde Su kairós (tiempos, ciclos y estaciones) podamos recibir Su Palabra (con mayor entendimiento o revelación) y procedamos luego a ejecutar, crear o traer a existencia todo aquello que Él nos haya entregado, nos haya mostrado o haya puesto en nuestra manos para hacer.
Y en la Biblia, podemos observar que el primer resultado que acontece cuando Dios habla es precisamente Su creación (Gn. 1:1-2:3).
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz."
Y lo primero que produce la Palabra hablada de Dios dentro del proceso de creación es LUZ (Heb. or). Que según la concordancia exhaustiva de Strong (No. 216) se puede traducir como: "luz, mañana, lumbre, iluminación, luminaria".
Cabe notar que esta luz aquí no es la misma luz que emiten los astros del universo que, según el orden del relato de Génesis, fueron creados en el cuarto (4) día... ¿Entonces a qué luz se refiere?
A partir de ese verso (Gn. 1:3), Palabra y Luz quedarán irremediablemente unidas. Una es la causa de la otra. Y eso lo vemos en muchos versos de la Biblia; pero quizás uno de los pasajes más importantes en los que vemos manifestada ésta unión es en el prólogo del Evangelio del apóstol Juan (quien también fue sacerdote y profeta):
"En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Éste era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo."
Es imposible no darse cuenta de la intrínseca unión entre la Palabra y la Luz que viene de Dios. Hay innumerables pasajes bíblicos que confirman esa relación. Quizás el pasaje más clásico sea el del Salmo 119:105: "Lámpara [Heb. ner] es a mis pies tu palabra, Y lumbrera [Heb. or ] a mi camino". Por cierto, la Septuaginta (LXX) traduce al griego "o lógos sou" (ver Jn. 1:1) para "tu palabra" (Heb. dabar).
Así que, el primer resultado que produce la Palabra que sale de la boca de Dios es luz, y ésta a su vez contiene vida y crea vida, tal como lo vimos antes en el prólogo juanino. Pero esto es también evidente en el proceso de creación que nos relata el primer capítulo del Génesis, en especial la creación del hombre, quien fue producto de que Dios le hablara y soplara en su nariz Su "aliento de vida", resultando que el hombre fuera "un ser viviente", un alma con vida (Gn. 2:7).
Ahora entiendo que la palabra hebrea "or" (Alef-Vav-Resh) es compleja en su significado espiritual y teológico. La verdad es que el tema es sumamente complejo y misterioso, y no pretendo dar aquí una conclusión definitiva; pero sí creo que podríamos considerar que lo primero que Dios creó fue Su Ley, las leyes del universo, las leyes que regirían Su creación. Porque la función principal de toda ley es establecer orden y guía, y eso es lo que vemos que sucedió cuando Dios habló y creó la luz:
"Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."
Ante el caos y desorden presente en el Principio, Dios lo primero que hizo fue crear y establecer orden y dirección. Y eso fue lo que permitió separar: la luz de las tinieblas; lo bueno de lo malo; las aguas de arriba y las de abajo; las aguas o mares de la tierra seca; los árboles y sus frutos según su género; las grandes lumbreras para separar el día y la noche, la luz de las tinieblas, Sus tiempos y días señalados (moedim); los animales de la tierra, las aves de los cielos y los peces del mar; luego al hombre de la mujer; y por último, el resto de los días de la semana de Su día de reposo (el shabbat).
Usando sus letras hebreas podríamos decir que, la Luz (Alef-Vav-Resh) es "la primera conexión principal" de Dios con Su creación y por ende con el hombre. La Luz creada en Génesis 1:3 serían las leyes del universo que regirían y traerían el orden y dirección, la conexión y cohesión, necesarias entre todo lo creado, visible e invisible, de lo que está en el cielo como en el mar y la tierra. Precisamente en el libro de Job (considerado el primer libro escrito o más antiguo de la Biblia) lo que Dios más le expone al patriarca es su ignorancia y poco conocimiento de las leyes que rigen Su creación o el universo creado (Job 38:1-33).
Pero repito, éste es uno de los muchos acercamientos teológicos que se le pueden dar a la palabra "luz" (Heb. or) en Génesis 1:3 (Comp. Sal. 119:105). Y seguro que en el futuro ahondaremos más sobre este tema tan rico y recurrente en las Sagradas Escrituras.
Culmino diciendo que en Su primer acto al hablar y comunicar Su Palabra Dios se revela como "luz y bueno" como virtudes intrínsecas a Su naturaleza divina, que se ratificará por todas las Sagradas Escrituras:
"Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él." (1Jn. 1:5)
"Alabad a Yahveh, porque Él es bueno; Porque para siempre es su misericordia." (Sal. 107:1)
"Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado." (1Ti. 4:4-5)
"Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado." (1Ti. 4:4-5)
También cuando estudiamos el significado de Ayin-Zayin (5777) vimos que hay una estrecha relación entre el tiempo y la Palabra de Dios. Porque el tiempo corta o separa una temporada o un ciclo de otro.
- La palabra de Dios es como espada (Sal. 149:6; Is. 49:1-2; Ef. 6:17; He. 4:12; Ap. 19:15, 21)
- La palabra hablada es como espada (Sal. 55:21; 57:4; 59:7; 64:2-4; Pro. 12:18; Ap. 1:16; 2:16; 19:15, 21)
- La espada es símbolo del juicio de Dios (Gén. 3:24; Es. 9:7; Sal. 17:13; 78:62; Jer. 14:18; 16:4; 29:17; 44:13; 50:37; Os. 7:16; Am. 4:10; Nah. 3:15; Zac. 9:13: ap. 6:4, 8;
- La espada también simboliza guerra, castigo o ejercicio de la justicia de parte de los gobernantes (Lv. 26:25, 33; Jer. 12:12; 44:13; Lam. 1:20; Ez. 14:17; Ro. 13:3-4; Ap. 6:4,8)
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar."
Y el mismo Señor Jesucristo también reconoció la importancia de actuar conforme al tiempo de Dios, al punto que comenzó Su ministerio en el tiempo correcto (Mr. 1:15) y también lo terminó en el tiempo correcto (Lc. 9:51; Jn. 12:27; 17:1; Mr. 15:34). El Mesías murió durante la Fiesta de la Pascua; resucitó en la Fiesta de las Primicias; y envió a Su Espíritu Santo en la Fiesta de Pentecostés. Todo acorde al Plan salvífico que Dios diseñó en la eternidad, antes del Principio (1Pe. 1:17-21; Ef. 1:3-5).
Si quiere aprender sobre este fascinante y relevante tema para un mejor entendimiento de las Fiestas del Señor y su relación con Su Plan de salvación para Israel y las naciones, le recomiendo que aproveche y adquiera el libro "Las Fiestas del Señor" en nuestra Tienda virtual.
Pei: Creación y Salvación
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Pei: Creación y Salvación
Y Dios siguiendo Su patrón de acción y creación, habiéndose cumplido el tiempo estipulado (Gn. 15:13-14) y conforme a Su Palabra, dada a Abraham, Jacob y a Moisés, Él liberó a los hijos de Jacob de mano del faraón (palabra ésta que también comienza con Pei: pharoh).
La Palabra hablada (dada a Moisés) precedió a la palabra actuada (ejecutada por Moisés y Aarón ante el faraón y Egipto) y luego vino la palabra escrita en las leyes y preceptos dados por Dios a Moisés en la Torah (ley o enseñanza), en el monte Sinaí. Este orden de revelación y acción es importante, pues lo veremos repetirse muchas veces en la Biblia, llegando a su máxima expresión en Jesucristo, la Palabra hecha carne y luego escrita en los Evangelios del Nuevo Pacto (Berit ha-Dashah).
Y antes de ejecutar Su salvación-liberación, en el proceso de creación de una nueva nación, separa (santifica para sí) a Israel del resto de las naciones y les establece la Ley de Su tiempo (Ex. 12:1-2) y la celebración de Su primera Fiesta (Pesaj):
"Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:
-Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año."
Y con ese acto de creación, Dios le da un nuevo calendario de tiempos a Israel, cuyo primer mes sería Aviv o Nisán, en la estación de Primavera. En ese mes y en la Fiesta de Pascua (Heb. Pesaj), Dios formalmente creó y salvó a la nación de Israel de la esclavitud y opresión egipcia. Luego más adelante, en Sinaí, establecería Sus Fiestas, Sus tiempos kairós, para encontrarse con Su pueblo (Éx. 23:14-19).
Por cierto la palabra Pesaj (Pascua), que se traduce regularmente "pasar por encima", conforme a lo expresado en Éxodo 12:12 "Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto", está conformada por la combinación de Peh+saj, que los rabinos dicen que puede traducirse como "boca+habla" o habla la boca; es decir, Pascua o Pesaj es también un tiempo propicio para recordar, hablar y proclamar de las obras maravillosas de Yahveh a favor de Su pueblo.
Luego de la liberación de Egipto, en el proceso de formación de esa nueva nación, Dios envía nuevamente Su Palabra para revelar más de Sus atributos por los cuales Él será conocido por Su pueblo. En el tiempo entre la Fiesta de la Pascua (Pesaj) y la Fiesta de Pentecostés (Shavuot), que fueron siete (7) semanas (7), o sea 49 más un día, Él no sólo se revela como el Dios de sus padres, Yahveh, Creador de los cielos y de la tierra. De ahora en adelante, Él también será conocido como el Dios de Israel, que los tomó "sobre alas de águila", y los sacó de Egipto "con mano fuerte y brazo extendido". y también sería conocido y recordado como:
1. Yahveh Yeshuah (Éx. 14:1-31), "Dios de mi salvación". Después que el pueblo se quejó y murmuró contra Dios y Su profeta, Él los libra definitivamente de sus enemigos egipcios que los persiguieron hasta las orillas del Mar Rojo. Moisés y María cantaron de júbilo:
"Yahveh es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación [Heb. l-yeshuah].
Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré."
Yahveh es varón de guerra [Heb. ish milechamah]; Yahveh es su nombre."
2. Yahveh Rafá (Éx. 15:22-27), "Dios tu sanador". Otra vez, después que se quejaron por las aguas amargas que encontraron en Mara, Dios se les reveló como Su sanador y transformó las aguas amargas en aguas dulces.
“Si escuchas atentamente la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Yahveh, tu sanador."
3. Yahveh Yireh (Éx. 16:2-12), "Dios tu proveedor". Un més después de haber sido liberados de la esclavitud, nuevamente los israelitas se quejaron delante de Dios y Moisés porque tenían hambre. Entonces Dios proveyó el maná: pan del cielo y también codornices. Y nuevamente les da otro mandamiento con promesa:
"Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día..."
4. Yahveh Nissi (Éx. 17:1-16). "Dios es tu bandera, tu protector". En esta cuarta oportunidad, los israelitas vuelven a quejarse y murmurar contra Moisés por la sed que experimentaron en ese momento. Así que, el Señor le ordenó golpear a un roca para que de ella saliera agua y él llamó el nombre de aquel lugar Masah [Prueba] y Meriba [Rencilla], por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: "¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?"
Luego se levantó Amalec, descendiente de Esaú, contra los hijos de Jacob. Pero Dios nuevamente salva a Su pueblo y, mediante la intercesión de sus líderes y la guerra activa en el campo, les da otra gran victoria. Moisés levanta un altar de adoración a Dios y Él le ordenó escribir un libro de las crónicas de esa gran victoria.
«Escribe esto para que sea recordado en un libro, y di a Josué que borraré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Luego Moisés edificó un altar, al que puso por nombre Yahveh-nissi, diciendo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Yahveh, Yahveh estará en guerra con Amalec de generación en generación.» (17:14-16).
Israel llega al monte Sinaí después de siete (7) semanas, al tercer mes (Siván) de la salida de Egipto. Y Dios desciende y se le revela al pueblo como fuego consumidor. Y al tercer (3) día "hubo truenos y relámpagos, una espesa nube cubrió el monte y se oyó un sonido de trompeta muy fuerte" (Éx. 19:16). Moisés sube al monte a reunirse con Dios y entonces recibe la Ley escrita en tablas, con la cual se regiría la nueva nación. Pero antes, Dios compartió directamente con el pueblo Sus principales mandamientos. Sin embargo, Israel temió ante la presencia poderosa de Dios y designa a Moisés como mediador, como sacerdote y profeta, para el pueblo (20:1-21).
Cristo: Palabra, Creación y Salvación
Hemos visto que Dios habló y estableció Sus leyes para crear los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que en ellos hay. En ese proceso de creación estableció el ciclo básico de tiempos: los siete (7) días de la semana; y simbólicamente, los siete días de una semana profética.
Luego cuando Dios se propuso crear a una nueva nación, que sería conocida como el pueblo de Israel, igualmente primero habló y estableció Sus leyes. Y en ese proceso de creación de una nueva nación lo primero que hizo fue establecer un nuevo calendario y otro ciclo de tiempos: las siete (7) Fiestas del Señor.
Y siglos después, "llegado el tiempo", se reveló la Palabra, la Palabra encarnada, en Jesús de Nazareth, que luego sería conocido como Jesús el Cristo (Heb. Yeshua ha Mashiach) o Cristo Jesús (Gr. Kristós Iesous). Y en Él, Dios mismo se propone crear un Nuevo hombre de todas las naciones (no sólo de Israel) y una Nueva creación; pero esta vez, ¡Jesucristo lo resume todo y es todo!
Voy a exponer brevemente cómo nuestro Señor Jesucristo cumplió con lo establecido en la Ley y cómo en Él se resume y se cumple todo lo dicho por la Ley y los profetas. Espero que usted, querido lector, se tome el tiempo para leer las citas bíblicas, pues ellas son las que confirman las declaraciones que aquí hacemos.
1. Cristo Jesús es la Palabra (Heb. Dabar, Gr. Lógos), Él es la Palabra de Dios que es Dios y estaba desde el Principio con Dios y se encarnó para salvarnos y reconciliar en Él TODAS las cosas, visibles e invisibles. Él es la imagen visible del Dios invisible.
"El es la imagen del Dios invisible, el primogénito [el primero, soberano, Gr. prototokos] de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio [Gr. arché, el comienzo, el origen, la cabeza], el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." (VRV 1960 Col. 1:15-20)
En el principio [Gr. en arché: en el comienzo] era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer." (VRV 1960 Jn. 1:1-18)
Si vamos nuevamente a Génesis 1:1, y desglosamos la primera expresión en hebreo "bereshit", que ya sabemos significa: en el principio. Observaremos que toda la expresión está compuesta por las letras: bet + resh + alef + shin + yod + tav.
Y encontraremos que sus primeras dos letras contienen las dos letras de la palabra "bar", que significa: hijo. Y eso es exactamente lo que dice Juan en el prólogo de su Evangelio "En el principio" estaba el Hijo, que es la Palabra, el dabar o lógos de Dios. Pero ya sabemos que "bet" representa la casa y "resh" representa la cabeza o autoridad. Es decir, bet+resh+alef nos pueden también comunicar la expresión "en la casa de autoridad de Dios". O "en el principio", "en la casa de autoridad del hijo de Dios".
Esto es posible porque el idioma hebreo contiene capas de información o revelación mediante el uso de sus letras, la combinación de las mismas, el valor numérico de ellas y la suma total de ellas y más... Entiendo que para ciertas mentes esto puede ser en extremo especulativo, pero es una verdad o realidad que los mismos rabinos y sabios de la antigüedad reconocieron y aún otros reconocen.
Otro ejemplo más complejo sería utilizar las letras de "bereshit" con los siguientes significados: Bar (hijo) + Alef (Dios, el primero) + Shit (espina) + Rosh (cabeza) + Brosh (árbol) y la Tav (que significa cruz o marca). Todo ello nos daría la siguiente expresión: "el Hijo de Dios, espina sobre la cabeza, en un árbol o madero, en forma de cruz". ¡WOW! Y esto concuerda con lo dicho por Isaías 46:9-11 "Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré."
"Bereshit" nos habla de Cristo Jesús, Yeshua ha Mashiach: "el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" (Ap. 13:8); "como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros." (1Pe. 1:19-20).
2. Jesucristo es la Luz en todo sus significados bíblicos y teológicos. Por eso Él es el Profeta (Heb. Nabi) anunciado por Moisés y todos los profetas del Antiguo Testamento; Él es el Maestro (Heb. Rabi) de los Evangelios; Él es el Salvador (Yahveh Yeshuah) y Mediador del Nuevo Testamento; Él es el Sumo sacerdote (Heb. Kohen Gadol según la orden de Melchizedek), el Rey (Heb. Melek, Ben David) y Juez (Heb. Shofet) esperado en las Sagradas Escrituras, que viene pronto para reinar y establecer Su reino desde Jerusalén para todas las naciones, y crear nuevos cielos y nueva tierra donde more la justicia y el shalom de Dios por la eternidad.
"Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo, como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz." (Lc. 1:68-79)
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer." (VRV 1960 Jn. 1:1-18)
Si vamos nuevamente a Génesis 1:1, y desglosamos la primera expresión en hebreo "bereshit", que ya sabemos significa: en el principio. Observaremos que toda la expresión está compuesta por las letras: bet + resh + alef + shin + yod + tav.
Y encontraremos que sus primeras dos letras contienen las dos letras de la palabra "bar", que significa: hijo. Y eso es exactamente lo que dice Juan en el prólogo de su Evangelio "En el principio" estaba el Hijo, que es la Palabra, el dabar o lógos de Dios. Pero ya sabemos que "bet" representa la casa y "resh" representa la cabeza o autoridad. Es decir, bet+resh+alef nos pueden también comunicar la expresión "en la casa de autoridad de Dios". O "en el principio", "en la casa de autoridad del hijo de Dios".
Esto es posible porque el idioma hebreo contiene capas de información o revelación mediante el uso de sus letras, la combinación de las mismas, el valor numérico de ellas y la suma total de ellas y más... Entiendo que para ciertas mentes esto puede ser en extremo especulativo, pero es una verdad o realidad que los mismos rabinos y sabios de la antigüedad reconocieron y aún otros reconocen.
Otro ejemplo más complejo sería utilizar las letras de "bereshit" con los siguientes significados: Bar (hijo) + Alef (Dios, el primero) + Shit (espina) + Rosh (cabeza) + Brosh (árbol) y la Tav (que significa cruz o marca). Todo ello nos daría la siguiente expresión: "el Hijo de Dios, espina sobre la cabeza, en un árbol o madero, en forma de cruz". ¡WOW! Y esto concuerda con lo dicho por Isaías 46:9-11 "Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré."
"Bereshit" nos habla de Cristo Jesús, Yeshua ha Mashiach: "el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" (Ap. 13:8); "como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros." (1Pe. 1:19-20).
2. Jesucristo es la Luz en todo sus significados bíblicos y teológicos. Por eso Él es el Profeta (Heb. Nabi) anunciado por Moisés y todos los profetas del Antiguo Testamento; Él es el Maestro (Heb. Rabi) de los Evangelios; Él es el Salvador (Yahveh Yeshuah) y Mediador del Nuevo Testamento; Él es el Sumo sacerdote (Heb. Kohen Gadol según la orden de Melchizedek), el Rey (Heb. Melek, Ben David) y Juez (Heb. Shofet) esperado en las Sagradas Escrituras, que viene pronto para reinar y establecer Su reino desde Jerusalén para todas las naciones, y crear nuevos cielos y nueva tierra donde more la justicia y el shalom de Dios por la eternidad.
"Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo, como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz." (Lc. 1:68-79)
"Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lc. 2:10-14)
"Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí." (Jn. 8:12-18)
3. Yeshua ha Mashiach es la Ley, es el fin (objetivo) y el cumplimiento (plenitud) de la Ley. Y ahora en Él, por medio de Su Espíritu, podemos hacer Su voluntad y glorificar Su Nombre. En el Nuevo Pacto en Su sangre, todos los ritos, sacrificios y ceremonias del Antiguo Pacto alcanzaron su pleno cumplimiento y valor; y quedaron como sombras del pasado, que apuntaban a la realidad de su pleno cumplimiento en Cristo Jesús.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos." (Mt. 17-20)
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lc. 2:10-14)
"Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí." (Jn. 8:12-18)
3. Yeshua ha Mashiach es la Ley, es el fin (objetivo) y el cumplimiento (plenitud) de la Ley. Y ahora en Él, por medio de Su Espíritu, podemos hacer Su voluntad y glorificar Su Nombre. En el Nuevo Pacto en Su sangre, todos los ritos, sacrificios y ceremonias del Antiguo Pacto alcanzaron su pleno cumplimiento y valor; y quedaron como sombras del pasado, que apuntaban a la realidad de su pleno cumplimiento en Cristo Jesús.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos." (Mt. 17-20)
"Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Por lo cual, entrando en el mundo dice: 'Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.'
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados." (Heb. 10:1-14)
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él." (Ro. 8:1-9)
"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo." (Col. 2:8-17)
Y por eso el apóstol Pablo hace dos importantes y fundamentales declaraciones:
Por lo cual, entrando en el mundo dice: 'Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.'
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados." (Heb. 10:1-14)
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él." (Ro. 8:1-9)
"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo." (Col. 2:8-17)
Y por eso el apóstol Pablo hace dos importantes y fundamentales declaraciones:
"Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena." Es decir, él reconoce que la Ley del Antiguo Pacto, dada por medio de Moisés, es buena, es divina y santa; pero lamentablemente no resuelve nuestro problema de raíz: nuestra naturaleza pecaminosa que tiende hacia el pecado.
Pero en Cristo, mediante nuestra fe en Su muerte, somos justificados (declarados justos) y santificados en Su obediencia y justicia. Nuestra justicia es la justicia que Jesucristo logró en nuestro lugar, y que nosotros nos apropiamos por medio de la fe en Él.
Pero en Cristo, mediante nuestra fe en Su muerte, somos justificados (declarados justos) y santificados en Su obediencia y justicia. Nuestra justicia es la justicia que Jesucristo logró en nuestro lugar, y que nosotros nos apropiamos por medio de la fe en Él.
"Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree." (Ro. 10:3-5)
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación." (Ro. 5:1-2, 8-11)
Cristo Jesús: Nuestra justicia, nuestra salvación
Lo voy a poner aquí tan simple como puedo: Es inútil, especialmente para cristianos gentiles o no judíos, pretender regresar al cumplimiento parcial de la Ley de Moisés con sus ritos, ceremonias y decretos. O pretender mezclar "nuestra forma de cumplir" con la Ley de Moisés con nuestra fe en Jesucristo. Amado lector, Pablo lo dejó claro: ¡no podemos tratar de cumplir parcialmente la Ley; o la cumplimos toda o no la cumplimos. ¡Tan sencillo como eso! Y Jesucristo vino, como el Cordero de Dios, PRECISAMENTE porque NADIE, absolutamente NADIE, puede cumplir con la Ley, y NO HAY NADIE lo suficientemente bueno o santo delante de Dios que pueda decir: ¡Estoy sin pecado! (Ecl. 7:20; Sal. 14:1-3; 53:1-3; Is. 59:1-16; Ro. 3:9-20)
El apóstol Pablo (un judío de nacimiento, rabino-fariseo) lo dijo claramente: ¡En Cristo estamos completos! Así que, nuestra relación y dependencia debe ser totalmente en Cristo, porque Él es el cumplimiento de todo. Él es la justicia de Dios, la sabiduría de Dios y el poder de Dios que nos habilita para ser salvos, ser llamados hijos de Dios y coherederos dentro de Su reino.
"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad." (Col. 2:9-10)
"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Pues está escrito: 'Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.'
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres." (1Cor. 1:18-25)
Cristo Jesús: Creador de un Nuevo pueblo y una Nueva humanidad.
Los judíos (y algunos seudo judíos-mesiánicos) no aceptan que ellos no son los únicos a los que Dios quiere salvar. Tampoco aceptan que antes que ellos existieran como nación ya Dios tenía un Plan para toda Su creación y para todas las naciones, lo cual también los incluye a ellos. A ellos les cuesta aceptar que Israel y luego los judíos fueron UN MEDIO, sólo eso, un medio de revelación y bendición para TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA, conforme a la promesa que Dios le dio a Abraham (Gn. 12:1-3). Pero lamentablemente incurren en el error de pensar que ellos son un fin en sí mismo...
Es triste ver que en su celo por proteger lo que a estas alturas ellos se han creado durante siglos como la "fe judía" siguen siendo un tropezadero para ellos mismos, para sus generaciones y las naciones. La fe judía actual no es ni remotamente la misma que vivieron y practicaron los judíos en los tiempos del rey David. Siglos han pasado y esa religión como muchas otras, incluyendo la religión cristiana, se ha corrompido y desviado de sus orígenes. Pero con todo, Dios en Su grande amor y misericordia por esa nación y ese pueblo los va a salvar y rescatar de sus errores y desviaciones. ¡Eso es promesa de Dios y Él lo va a hacer!
"Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra.
De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todo apremiador. Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré. Y será Efraín como valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová.
Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán multiplicados tanto como fueron antes. Bien que los esparciré entre los pueblos, aun en lejanos países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán." (Zac. 10:3-9)
Pues está escrito: 'Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.'
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres." (1Cor. 1:18-25)
Cristo Jesús: Creador de un Nuevo pueblo y una Nueva humanidad.
Los judíos (y algunos seudo judíos-mesiánicos) no aceptan que ellos no son los únicos a los que Dios quiere salvar. Tampoco aceptan que antes que ellos existieran como nación ya Dios tenía un Plan para toda Su creación y para todas las naciones, lo cual también los incluye a ellos. A ellos les cuesta aceptar que Israel y luego los judíos fueron UN MEDIO, sólo eso, un medio de revelación y bendición para TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA, conforme a la promesa que Dios le dio a Abraham (Gn. 12:1-3). Pero lamentablemente incurren en el error de pensar que ellos son un fin en sí mismo...
Es triste ver que en su celo por proteger lo que a estas alturas ellos se han creado durante siglos como la "fe judía" siguen siendo un tropezadero para ellos mismos, para sus generaciones y las naciones. La fe judía actual no es ni remotamente la misma que vivieron y practicaron los judíos en los tiempos del rey David. Siglos han pasado y esa religión como muchas otras, incluyendo la religión cristiana, se ha corrompido y desviado de sus orígenes. Pero con todo, Dios en Su grande amor y misericordia por esa nación y ese pueblo los va a salvar y rescatar de sus errores y desviaciones. ¡Eso es promesa de Dios y Él lo va a hacer!
"Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra.
De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todo apremiador. Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré. Y será Efraín como valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová.
Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán multiplicados tanto como fueron antes. Bien que los esparciré entre los pueblos, aun en lejanos países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán." (Zac. 10:3-9)
"Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
'Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.'
Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos." (Ro. 11:25-32)
Así que, al final de los tiempos Cristo Jesús, Señor nuestro, será conocido como el Salvador de todos, de judíos y gentiles; y toda rodilla se doblará ante Él y toda lengua confesará que Él es el Señor (Ro. 1:17; 3:21-26; 10:12; Fil. 2:5-11).
Y en Él, Dios está creando un Nuevo pueblo, una Nueva humanidad, formado de judíos y gentiles, de todas las naciones, para gloria y alabanza de Su Nombre (Ef. 2:12-22; 1:3-12; 1Pe. 2:4-10). Y también al final de los tiempos Él creará cielos nuevos y tierra nueva y establecerá Su reino sobre todas las naciones (Is. 65:17-18; 2Pe. 3:10-14; Ap. 21:1-8).
¿Qué podemos esperar para el año 5780 y la Década de Pei?
¡WOW! Esto ha sido largo y pesado, ¿cierto? Y es apenas el comienzo de lo que seguro podremos aprender en los próximos días, meses y años. Seguro que el Señor tiene más, mucho más, para todos nosotros Su pueblo.
'Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.'
Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos." (Ro. 11:25-32)
Así que, al final de los tiempos Cristo Jesús, Señor nuestro, será conocido como el Salvador de todos, de judíos y gentiles; y toda rodilla se doblará ante Él y toda lengua confesará que Él es el Señor (Ro. 1:17; 3:21-26; 10:12; Fil. 2:5-11).
Y en Él, Dios está creando un Nuevo pueblo, una Nueva humanidad, formado de judíos y gentiles, de todas las naciones, para gloria y alabanza de Su Nombre (Ef. 2:12-22; 1:3-12; 1Pe. 2:4-10). Y también al final de los tiempos Él creará cielos nuevos y tierra nueva y establecerá Su reino sobre todas las naciones (Is. 65:17-18; 2Pe. 3:10-14; Ap. 21:1-8).
¿Qué podemos esperar para el año 5780 y la Década de Pei?
¡WOW! Esto ha sido largo y pesado, ¿cierto? Y es apenas el comienzo de lo que seguro podremos aprender en los próximos días, meses y años. Seguro que el Señor tiene más, mucho más, para todos nosotros Su pueblo.
Así que, teniendo todos estos datos bíblicos, teológicos y proféticos veamos qué nos dice el Espíritu Santo que pudiéramos esperar para el año 5780 ó esta nueva Década, la Década de Pei.
5780: Año de la Palabra hablada.
5780: Año de la Palabra hablada.
Hemos visto que la Pei representa la boca, la habilidad para hablar y comunicar. Así que, creo que en este año el Señor afilará aún más nuestras habilidades para comunicar Su Palabra. Por lo tanto, observaremos un mayor auge y crecimiento en los ministerios orales, tales como ministerios proféticos, evangelísticos, de enseñanza o predicación, así como de adoración. Creo que especialmente, los ministerios proféticos tendrán un gran desarrollo. Pero también habrá que tener muchísimo cuidado, porque como siempre, junto con la verdadera profecía siempre surge la falsa profecía. Pero aquellos siervos y siervas que tienen sus sentidos espirituales entrenados para VER y oír conforme al Espíritu sabrán reconocer lo falso de lo verdadero y guiarán a la iglesia hacia la verdad.
5780: Año de la Palabra de testimonio.
Desde que comencé este estudio y como lo he mencionado varias veces en este mensaje, he tenido una atracción especial a la relación de Pei con su valor numérico (80: vigor) y el número dos (2: testimonio). Como ya lo he dicho, observaremos que el testimonio verdadero vendrá acompañado con algún resultado poderoso del Espíritu que dará testimonio de su veracidad. Este testimonio traerá salvación, liberación y sanidad, y también veremos aumento en los milagros creativos, en los milagros financieros y en la creación de nuevos proyectos, emprendimientos o ministerios. Creo que el Señor nos dará mayor denuedo para dar testimonio de nuestra fe en el Señor Jesucristo y no tendremos temor de lo que puedan decir las personas de nosotros. Así que, podremos dar un testimonio vigoroso del Evangelio, pues a eso fuimos llamados: a ser testigos del reino de Dios (Hch. 1:8; Lc. 24:45-49).
5780: Año de la Intercesión profética.
En este año y en esta década veremos que los profetas y los intercesores proféticos serán más certeros y efectivos en la Palabra que el Espíritu Santo les dará para ministrar a Su pueblo y a las naciones. Dios llamará cada vez más a sacerdotes-proféticos, es decir, a intercesores profetas; y veremos un mayor surgimiento de adoradores o cantores proféticos, que traerán un nuevo sonido desde el cielo y ministrarán mediante la música y el canto la Palabra de Dios de una manera más poderosa, efectiva y eficaz. Dios seguirá preparando a nuevas generaciones de Elías, que seguirán guiando al pueblo de Dios al arrepentimiento, a la conversión y a la renovación del Pacto con el Señor. Muchos intercesores y profetas habiendo aprendido a VER durante temporadas pasadas y durante la década pasada (Ayin) serán usados poderosamente para traer mayor conocimiento y entendimiento de las Sagradas Escrituras y el Plan de Dios para estos últimos tiempos.
En este año y en esta década veremos que los profetas y los intercesores proféticos serán más certeros y efectivos en la Palabra que el Espíritu Santo les dará para ministrar a Su pueblo y a las naciones. Dios llamará cada vez más a sacerdotes-proféticos, es decir, a intercesores profetas; y veremos un mayor surgimiento de adoradores o cantores proféticos, que traerán un nuevo sonido desde el cielo y ministrarán mediante la música y el canto la Palabra de Dios de una manera más poderosa, efectiva y eficaz. Dios seguirá preparando a nuevas generaciones de Elías, que seguirán guiando al pueblo de Dios al arrepentimiento, a la conversión y a la renovación del Pacto con el Señor. Muchos intercesores y profetas habiendo aprendido a VER durante temporadas pasadas y durante la década pasada (Ayin) serán usados poderosamente para traer mayor conocimiento y entendimiento de las Sagradas Escrituras y el Plan de Dios para estos últimos tiempos.
5780: Año de luz y vida.
A partir de este año y durante esta Década, el Espíritu Santo traerá más luz (conocimiento, dirección y guía) para Su pueblo a través de los apóstoles, profetas, pastores y maestros. Esta luz nos permitirá conocer bien las leyes espirituales y las leyes físicas del universo que Dios ha establecido, lo cual producirá en nosotros mayor vida y también podremos transmitir mayor vida. La Palabra que el Espíritu de Dios traerá a nosotros en esta nueva temporada traerá luz y vida, y podremos ser instrumentos útiles en Sus manos para crear, salvar, sanar y restaurar a personas, familias, comunidades y naciones. La Palabra que nos sea revelada en esta temporada traerá mayor luz y vida a nosotros y será prosperada en nosotros y todo nos saldrá bien.
Recordemos que hay poder en la boca (Prov. 18:21) "La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos." Tenemos que educar y entrenar nuestra boca, nuestra lengua, para comunicar luz y vida, de manera que nuestros frutos sean buenos en gran manera. ¡Tenemos que cuidar lo que hablamos! (1Pe. 3:8-11: Stgo. 1:26) Especialmente los profetas y maestros (Stgo. 3:1-12). Este será un tema que seguro tendremos que investigar y desarrollar aún más en los años por venir, pues cada vez aumenta el poder del espíritu de engaño desatado sobre las naciones.
5780: Tiempo para hablar.
Hemos aprendido que todo tiene su tiempo. Hemos tenido una década aprendiendo sobre el tiempo y el lenguaje de Dios. Hemos aprendido que Dios ha establecido sus tiempos señalados, a través de los comienzos de cada día, cada semana, cada mes y cada año. Hemos aprendido que Dios ha establecido sus ciclos de tiempos a través de Sus Fiestas (moedim), Sus tiempos proféticos (kairós). Que todos esos tiempos son citas divinas, tiempos señalados, para encontrarnos con nuestro Rey, nuestro Señor y recibir de Él mayor luz, revelación y dirección, para poderlo comunicar a Su pueblo y a las naciones. Seguro seguiremos aprendiendo más del tiempo y la Palabra de Dios, para poder ver y escuchar en el tiempo apropiado, para luego hablar en el tiempo apropiado, y también a callar en el tiempo apropiado...
5780: Año para recordar y anunciar.
5780: Año para recordar y anunciar.
Para poder vivir continuamente en la paz, el favor y la bendición de Dios necesitamos recordar lo que ya hemos aprendido o vivido en el pasado. El mandamiento antiguo dado a los padres es de suma importancia (Dt. 6:1-9), a los líderes y emprendedores (Jos. 1:6-9), y a todos sus siervos y siervas (Sal. 1:1-3). Necesitamos recordar lo que el Señor nos ha enseñado por Su Palabra para poderla poner por obra, de manera que no nos desviemos ni suframos pérdida o ningún daño (Ap. 2:5).
Si no puedes recordar tu pasado, no podrás crear o construir tu futuro. Se han hecho estudios de personas enfermas de Alzheimer y se ha comprobado que ellas pierden su conexión con el presente, porque han perdido la capacidad de conectarse con la memoria o los recuerdos de su pasado. Eso los inhabilita para conectarse con las personas en el presente y también de proyectarse hacia el futuro.
Y por último, recordemos siempre lo que el Señor nos dice a todos Sus discípulos, Sus testigos (VRV Jn. 15:15-21; :
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado."
¡Este año 5780 y la nueva década que iniciamos promete ser muy poderoso!
Creo que tal como Dios le prometió al profeta Daniel (Dn. 12:3) en los próximos años: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad."
Yo le animo que se sumerja en la revelación de Jesucristo; que profundice su conocimiento, comprensión y entendimiento de la persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo, de manera que avance en una relación cada vez más íntima y sólida con Él, por medio de Su Espíritu y Su Palabra.
También le animo a que avance en el conocimiento de la Palabra escrita de Dios; que también estudie con diligencia y a profundidad los temas sobre el Lenguaje de Dios y el Tiempo de Dios, mucho de lo cual se encuentra publicado en este Blog. Recuerde que el Señor viene preparando a Su Iglesia sobre esos temas, porque Él desea que podamos "VER", que podamos conocer y entender lo que está haciendo y hará en las naciones. Y "HABLEMOS" lo que Él nos muestra y nos comunica por Su Palabra. Siga los enlaces que le damos aquí y avance en su conocimiento y entendimiento del lenguaje profético de la Palabra de Dios.
¡Aceptemos, pues, en este año 5780, la invitación que nos hace nuestro Señor en Apocalipsis 10:11!
Yo le animo que se sumerja en la revelación de Jesucristo; que profundice su conocimiento, comprensión y entendimiento de la persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo, de manera que avance en una relación cada vez más íntima y sólida con Él, por medio de Su Espíritu y Su Palabra.
También le animo a que avance en el conocimiento de la Palabra escrita de Dios; que también estudie con diligencia y a profundidad los temas sobre el Lenguaje de Dios y el Tiempo de Dios, mucho de lo cual se encuentra publicado en este Blog. Recuerde que el Señor viene preparando a Su Iglesia sobre esos temas, porque Él desea que podamos "VER", que podamos conocer y entender lo que está haciendo y hará en las naciones. Y "HABLEMOS" lo que Él nos muestra y nos comunica por Su Palabra. Siga los enlaces que le damos aquí y avance en su conocimiento y entendimiento del lenguaje profético de la Palabra de Dios.
¡Aceptemos, pues, en este año 5780, la invitación que nos hace nuestro Señor en Apocalipsis 10:11!
"Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."
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