19 de septiembre de 2020

5781: AÑO DE LA PALABRA DEL PADRE

5781: AÑO DE LA PALABRA DEL PADRE
Por Dr. Daniel Guerrero




A partir del 29 de septiembre del año 2019, comenzamos a transitar por una nueva década dentro del reino de Dios. Un nuevo ciclo de diez (10) años dentro de la economía del reino de Dios, que estará signada por la letra hebrea Pei o Pey. ¿Por qué decimos esto? Porque la letra Pei en el alfabeto hebreo porta el valor numérico 80 y en esa fecha, dentro del calendario hebreo actual, arribamos al año 5780.

Para esa fecha finalizó la década del Ayin (5770-5779) y nos adentramos en la década de Pei (5780-5789). En la década del Ayin aprendimos a “ver” según los códigos del tiempo y del lenguaje de Dios. Aprendimos a conocer y entender lo que Dios está haciendo en nuestras naciones; y nos preparamos para lo que Él hará en los próximos años y décadas por venir. Por eso es importante conocer los códigos de tiempo y de lenguaje que Dios nos ha dejado en las Sagradas Escrituras. 

Ahora, a partir del atardecer del viernes 18 de septiembre, comenzaremos un nuevo año en el calendario hebreo, el año 5781, que estará signado por las últimas letras Pei-Alef, cuyo valor numérico es 81.

Significado de Pei

En el hebreo antiguo, la pictografía de la letra Pei era una boca (Peh). Y de allí surge su significado como la acción de "hablar o comunicar"; así también: palabra, discurso, expresión, aliento; y aún, golpe y filo.

El año pasado publiqué un amplio estudio sobre el significado de esta letra hebrea que haría bien en estudiar o repasar, si así lo desea.  Aquí le dejo el enlace: Significado de la letra Pei  

Y según ya hemos visto, la letra Ayin (el ojo) precede a la Pei (la boca) lo que apunta a la conducta sabia de primero ver y entender, antes de hablar u opinar. Es decir, con Ayin obtenemos una idea o pensamiento, pero es con Pei que podemos darle expresión oral o hablada a esa idea o pensamiento, que luego puede hacerse realidad. O, dicho de otra manera, la visión espiritual (Ayin) es la que nos permite conocer y entender la realidad; pero lo que hablamos y decimos (Pei) es lo que trae esa realidad mental o espiritual a existencia, creando una nueva u otra realidad, según el orden divino. De allí la importancia de cultivar un buen pensamiento y una buena comunicación espiritual.

Dicho lo anterior, hemos entendido que durante esta década (5780-5789), o la década de Pei, será muy importante saber comunicar y hablar la Palabra que Dios nos ha dado, o que de manera específica nos dé durante este período. Y por lo pronto podemos decir que la palabra clave para esta década será: “PREPARACIÓN”.

Es decir, necesitaremos prepararnos tanto para conocer la Palabra de Dios como para hablarla y comunicarla proféticamente por el Espíritu. También recibiremos más entendimiento de la Palabra para actuar, crear y avanzar en el reino de nuestro Señor Jesucristo.

Significado de Alef

El año 5780 (2020) fue el inicio de una nueva temporada; pero ahora con el número 1, representado por la letra hebrea Alef (5781), significará que por sobre todas las cosas necesitamos estar apegados a la Palabra del Padre, a Su liderazgo, señorío y voluntad (Mt. 6:25-34). 

Pictografía antigua y tipo actual de la letra Alef

La pictografía antigua de la Alef representaba la figura de un buey y con ello se le asoció con la fuerza o fortaleza de ese animal.  Y por ser la primera letra del alfabeto hebreo, se le asocia al liderazgo, especialmente, al del padre en la familia, por la construcción de la palabra Ab o Aba (Alef-Beth).

Alef y Dios
Por otro lado, por ser la primera letra y representar liderazgo o el primero dentro de un grupo o conjunto de cosas, se le asocia a Dios y a Su unicidad esencial (Echad).  También de allí viene su valor numérico de Uno o Primero, que apunta a Dios como el Único Líder, Señor, Rey y Juez del universo, quien reina o gobierna sobre todas las cosas visibles e invisibles, celestiales y terrenales que están representadas en esta misteriosa letra (Dt. 6:4-5).
" Oye, Israel: Yahveh nuestro Dios, Yahveh uno es.
 Y amarás a Yahveh tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas."

Según los escribas judíos, la Alef está construida con dos Yods y una Vav (inclinada) en el medio, lo cual representa lo dicho anteriormente.  La primera Yod apunta al dominio espiritual o celestial y la otra Yod (invertida) apunta al dominio material o terrenal, ambas esferas creadas por Dios, y también conectadas y unidas por la Vav, que como ya sabemos representa precisamente conexión.  El gancho o estaca que conecta y mantiene unidas dos partes, en este caso, los cielos y la tierra.

De manera curiosamente interesante, la Alef tiene el mismo valor numérico o gematría que el Nombre de Dios, Yahveh (10+5+6+5= 26).  A causa de la sumatoria de las dos Yods y la Vav (10+6+10 = 26). Este valor numérico también conecta a Alef con Dios.  Así, Alef también inicia otros Nombres importantes dados a Dios en el Antiguo Testamento:
1. El
2. Elohim
3. Eloha
4. El Elyon
5. El Olam
6. Adon
7. Adonai

Alef y el hombre
En su relación con el hombre, Alef aparece en el nombre Adán (Alef-Dam: primero de sangre), o el primer hombre (carne y sangre) creado por Dios, que tendría la particularidad de poder tener comunión tanto con el mundo espiritual de su Creador como con el mundo material entregado por Él para su dominio y señorío (Gn. 1:26-31).

El Mesías, el segundo Adán, restauraría esa función sacerdotal, conectora, del hombre con respecto a Dios y la creación. En Él, se cumpliría todo lo que fue diseñado en el reino de Dios dentro de la creación; y como Sumo sacerdote cumpliría perfectamente su función intercesora, siendo el perfecto mediador entre Dios y los hombres (Fil. 3:6-11; 1Ti. 2:5-6).  Y tal como fue profetizado desde el principio, todo eso se cumplió en Jesucristo (Is. 41:4; 44:6; 48:12); y por eso Él mismo se declara el Alef-Tav o en griego: el Alfa y la Omega (Ap. 1:1-2).


Jesucristo el Alef-Tav
La partícula hebrea Alef-Tav aparece por primera vez en la primera frase del Bereshit (Génesis), específicamente aparece así textualmente: "En el principio creó Dios ET los cielos y-ET la tierra" (Gn. 1:1).  Es una partícula que no se traduce, pero aparece aquí como "conector", como una preposición que indica objetos definidos, en este texto: "los cielos y la tierra"...  

Otros estudiantes bíblicos dicen que lo primero que Dios creó fue el Alef-Tav (Et); es decir la expresión manifesta de Su Palabra, que halló Su máxima representación en Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo (Heb. 1:1-4).  Es decir, Dios usó Su palabra como el Instrumento fundacional, para crear todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, visibles como invisibles.  Esta poderosa verdad la encontramos tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento:
Salmo 33:6
"Por la palabra de Yaveh fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca."

Juan 1:1-4
"En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Este existía en el principio con Dios.  Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres."

Hebreos 11:6
“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.

Y también es claramente expuesta con cada declaración creativa de Dios en el primer capítulo del Berechit: "Y dijo Dios..." (Gn. 1:3-29).

Ya vimos que la Alef es la primera letra en el alfabeto hebreo, que apunta a Dios; y en otras oportunidades hemos aprendido que la Tav es la última letra, cuya pictografía por cierto es una marca, una equis o cruz, que bien puede representar protección o salvación (Gn. 4:15; Ez. 9:4; Ef. 1:13; Ap. 7:1-8).

Dios se revela por medio del profeta Isaías como el Alef, el primero en anunciar y revelar todo desde el principio al final (Is. 41:26-27):
"¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: ¿Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas."

Y también nos dice que Él es el Primero, el Soberano y Único Dios, que lo domina y gobierna todo con su poder, ciencia y sabiduría (Is. 44:6-8):
"Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios
[Eloah- único Dios] sino yo. No hay Fuerte [tzur-roca]; no conozco ninguno."

Pero una vez más el Dios creador decidió sorprendernos con una mayor revelación del significado del Alef-Tav; por medio de la revelación de Su Hijo, que encontramos en el Evangelio y en el Apocalipsis del apóstol Juan.  Allí Él nos revela (trae un mayor entendimiento) que Él es la personificación encarnada del Alef-Tav (Jn. 1:1-4, 14).  Y en el Apocalipsis, se presenta así mismo glorioso como el Alef-Tav, que en griego corresponde a las letras Alfa y Omega (Ap. 1:1-2; 22:13):
"Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último."

"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
  Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último."

Jesucristo como el Alef-Tav significa, no sólo que Él es el primero y el último, sino que Él ha estado desde el principio y estará hasta el final dentro del Plan creador-redentor de Dios; que Él llena toda la Escritura de principio a fin. Y como bien lo declara el apóstol Pablo, que Él tiene y tendrá la Preeminencia en Todo (Col. 1:15-20):
"El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.  Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Y así lo podemos ver a través de todas las Sagradas Escrituras, desde Génesis hasta Apocalipsis, en las que hablan de Él y apuntan a Él como la Luz que revela todo a todos, de manera que nos acerquemos y nos reconciliemos con nuestro Dios-Creador, con nuestro Padre, nuestro Hacedor que nos da vida eterna.  Él mismo así lo declaró a sus discípulos y dio testimonio hasta el final de esta poderosa verdad (Jn. 5:37-40; Lc. 24:44-48):
"También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

"Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;  y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de estas cosas."

Así lo hicieron también los primeros apóstoles (Hch. 13:14-43; 28:17-28).

Y este Jesucristo, el Alef-Tav, será visto, tanto por cada linaje de los hijos de Israel y también por todas las naciones, cuando venga en Su Segunda venida; y lo lamentarán enormemente, por no haber creído en Él ni haber recibido Su mensaje (Zac. 12:10-14; Ap. 1:7-8):
"Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.
 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí [ET], a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido."

"He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso"


Palabras de dirección para el año 5781: Pei-Alef

1. No temas, sino habla
En preparación para compartir este mensaje, el Señor me mostró que en este año deberemos apegarnos a la palabra del Padre, así como Él mismo lo hizo.

Nuestro Señor Jesucristo es nuestro modelo a seguir, pues Él es la luz que vino al mundo, que resplandece en las tinieblas.  

Así como Él vivió y sirvió al Padre, nosotros Sus discípulos también debemos hacerlo.  Así que:
1. Haremos las obras que Él nos mande hacer (Jn. 5:36)
2. Hablaremos lo que Él nos muestre (Jn. 8:38)
3. Hablaremos lo que Él nos mande hablar (Jn. 12:50)

En la medida que permanezcamos en las palabras que el Padre nos dé, por medio del Espíritu del Señor Jesucristo, claramente expuesta en la Biblia, en esa medida caminaremos en unidad con Él (Jn. 10:27-38; 14:6-14), en Su luz, en un mundo que cada vez se sumerge más y más en tinieblas.

El Señor nos dice:
"No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal" (Hch. 18:9-10)

2. No temas, sino cree
Y también me guió a meditar en el Salmo 81 para decirme que, para vencer y superar el temor que ha sido lanzado a partir de este año y permanecerá sobre las naciones, debemos acudir a Dios en alabanza, porque Él es y será nuestra fortaleza (nuestro Alef).  Salmo 81:1-3
"Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
Entonad canción, y tañed el pandero, el arpa deliciosa y el salterio.
Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne."

Por esa razón, este año escogí ese paisaje para la portada del calendario.  Porque ese monte, el Matterhorn o Cervino, representa para mí esa fortaleza o poder (Roca) que solo el Padre-Ab (Alef) nos puede dar.  Lo majestuoso y a su vez sereno de esa vista me habló de lo que el Padre desea para todos Sus hijos que confían en Él.  

Es decir, en este año, en la medida que pongamos nuestra mirada (Ayin) en Dios, confiemos en Él y lo alabemos, en esa medida Él nos hablará, nos guiará y nos llenará de Su paz y nos pastoreará en pastos delicados y aguas de reposo (Sal. 23).  Entonces seremos prosperados, todo nos saldrá bien, porque hablaremos lo que Él nos muestre, lo que Él nos diga y lo que Él nos mande hacer.

Y observemos en el Salmo 81 una vez más, la importancia de hacer todo de acuerdo a Su tiempo: "en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne."  Es decir, el Señor nos instruye nuevamente a seguir alineados a Su tiempo y a Su palabra, para que todo nos salga bien (Sal. 1:1-3; Pro. 3:5-10).  Así que, el tema del tiempo y la importancia de los ciclos y fiestas del Señor seguirán siendo claves para avanzar y prosperar en este año y en los que vienen.

Los hijos de Dios, que le conocemos, que tenemos comunión con Él y experimentamos Su amor, no podremos llenarnos de temor ni dejaremos que éste nos domine; sino que avanzaremos en fe, en amor y con esperanza en nuestros corazones, porque sabemos y conocemos en Quien hemos creído (1Jn. 4:16-19; 1Ti. 1:7)

El Señor nos dice: 
"No temas, cree solamente" (Mr. 5:36; Lc. 8:50).

Aunque estés rodeado de muerte, hambre y enfermedad NO TEMAS, SINO CREE, porque el Señor te dice: que según la palabra que Él te da, te haya dado o te dará, Él va a mostrar Su poder y Sus maravillas de una manera sorprendente en tu vida, familia, trabajo o ministerio.


¿Qué podemos esperar para el año 5781 o 2021?

Dichas las primeras directrices, ¿qué más podremos esperar para este nuevo año?

1.- La Palabra de Dios será nuestro alimento. Ante un mundo en crisis político y económico la Palabra de Dios desatará la provisión material o física necesaria para avanzar y prevalecer en medio de tantos desafíos, pruebas y dificultades (Lc. 4:1-4). Necesitamos apegarnos a los mandamientos y promesas de Dios; creerle a Dios para obtener así una vida sana y crecimiento en todo nuestro ser.

2.- La Palabra de Dios será nuestra guía. En la medida que nos acercamos al fin de los tiempos, la palabra profética más segura que nos da la Palabra y el Espíritu de Dios será nuestra fuente más confiable de orientación y guía, bajo un mundo inundado por la desinformación, que a su vez genera confusión (2Pe. 19-20). Tal como el Señor nos advirtió, habrá falsos profetas y maestros; así que, necesitamos vivir según lo que claramente enseñan las Escrituras.

3.- La Palabra de Dios nos ayudará a estar alineados al tiempo de Dios. Esto nos ayudará a entender Sus ciclos y las señales de los tiempos dentro de Su reino, lo cual nos dará gozo y seguridad, y a su vez producirá un cántico nuevo en nuestro corazón que dará paz y salud a todo nuestro ser (Sal. 81:1-2; Prov. 3:5-10).

4.- La Palabra de Dios nos ayudará a prepararnos. El Espíritu del Señor nos ayudará por medio de Su Palabra a conocer los tiempos, a entender lo que Dios estará haciendo y a prepararnos espiritual y físicamente para recibir Su instrucción (Éx. 19:1-11); y también para recibirlo oportunamente en Su pronta venida (Mt. 25:10).

5.- La Palabra de Dios nos ayudará a recibir provisión. Al hablar la palabra de fe que nos dé el Espíritu de Dios veremos Su provisión, milagros económicos y materiales, que nos permitirán avanzar y prosperar en tiempos difíciles y turbulentos (1Re. 17:8-15).  Recordemos que la palabra creativa del Alef-Tav está en nosotros y con nosotros, por medio de Su Espíritu que mora en nosotros; así que podemos pedir confiadamente al Padre en oración en el Nombre de Jesús y Él nos responderá (Jn. 14:11-14, 24-27; 15:15-16; 16:13-15). 

6.- La Palabra de Dios nos ayudará a avanzar y a prosperar en Su reino.  Tanto Josué 1:6-9 como el Salmo 1:1-3 nos dicen y nos exhortan que, en la medida que permanezcamos firmes en la Palabra de Dios y le obedezcamos, seremos prosperados y todo nos saldrá bien.  El mismo Señor Jesucristo también nos exhorta a permanecer en Su Palabra y a desarrollar una fuerte relación personal con Él, por medio de Su Palabra y Espíritu, para que seamos fructíferos y glorifiquemos así al Padre (Jn.15:1-10).

7.- El misterio de la iniquidad continuará con Su agenda de destrucción y muerte.  Tal como el apóstol Pablo lo profetizó (2Tes. 2:1-12), el reino de las tinieblas avanzará en su agenda anti-Dios y anti-Cristo, desatando cada vez más tinieblas sobre las naciones.  En este año 2020, vimos una clara manifestación de su estrategia engañosa y sus planes para la destrucción de la humanidad.  Nosotros, deberemos permanecer unidos a nuestro Señor Jesucristo, a Su Palabra y a Su Espíritu, lo cual será nuestra única garantía de victoria (Jn. 16:32-33; Ap. 12:10-12).  Debemos seguir preparándonos espiritual y materialmente para los próximos años de la década de Pei y hasta la Venidad de nuestro Señor Jesucristo (Mt. 25:1-13).


CONCLUSIÓN
¡En este año 5781 se nos invita nuevamente a llenarnos de fe, amor y esperanza! 

Se nos exhorta a no temer, sino a creer y hablar, conforme a la palabra que el Padre nos dé por medio de Su Espíritu y Palabra.

Y una vez más le animo que se sumerja en la revelación de Jesucristo, el Alef-Tav, el Alfa y la Omega; que profundice su conocimiento, comprensión y entendimiento de la persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo, de manera que avance en una relación cada vez más íntima y sólida con Él, por medio de Su Espíritu y Su Palabra.  Por lo tanto, este año nos da una gran oportunidad para leer completamente la Biblia, como una forma de sumergirnos en la revelación de Jesucristo. ¿Acepta el reto?

También le animo a que avance en el conocimiento de la Palabra escrita de Dios; que también estudie con diligencia y a profundidad los temas sobre el Lenguaje de Dios y el Tiempo de Dios, mucho de lo cual se encuentra publicado en este Blog. Recuerde que el Señor viene preparando a Su Iglesia sobre esos temas, porque Él desea que podamos "VER", que podamos conocer y entender lo que está haciendo y hará en las naciones. Y "HABLEMOS" lo que Él nos muestra y nos comunica por Su Palabra. Siga los enlaces que le damos aquí y avance en su conocimiento y entendimiento del lenguaje profético de la Palabra de Dios.

¡Aceptemos, pues, en este año 5781, la invitación a unirnos al Padre y al Hijo, en Jesucristo, en una poderosa unidad y creativa relación espiritual, de manera que juntos avancemos en Su reino!


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