SEMBRAR, COSECHAR Y AVANZAR
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
Voy a hacer un paréntesis, para que juntos reflexionemos sobre el tema del dar, del ofrendar a Dios, como expresión de nuestra fe, amor y gratitud a Dios. Y en el contexto de la Fiesta de Pentecostés 2014.
Y lo hago, porque en las últimas semanas, y durante muchos años, el Señor me ha dirigido a reflexionar sobre el tema del dar y ofrendar; además de las diferentes formas que podemos observar en las Sagradas Escrituras.
¡Además, estamos en Pentecostés! ¡Es el tiempo de la cosecha, de celebrar la bendición y provisión de Dios para nuestras vidas! Y precisamente, en esta semana el Señor me dirigió nuevamente a prestarle atención a este tema, pues Él me ha dirigido a dar de una "nueva" manera para mi (sospecho que desde ahora no lo será) y también he sido bendecido con diferentes formas de ofrendas hacia mi persona y familia. Las enumero, para que ustedes tengan una idea de cuán recurrente ha sido el tema en esta semana de Pentecostés. El martes una hermana nos preparó y ofrendó un suculento pasticho vegetariano, que luego tuvimos la oportunidad de compartir durante el almuerzo, con cuatro líderes de la iglesia; ese mismo día, otra familia de la iglesia nos invitó a cenar, para juntos compartir sobre los planes que tiene a futuro. Al día siguiente, el miércoles, otra familia nos ofrendó una rica sopa, que luego el jueves, degustamos mi esposa y yo en el almuerzo. Ya que el miércoles, al mediodía, otra familia nos había invitado a almorzar en un restaurante de la ciudad, como una forma de expresarnos su amor y gratitud por el servicio que le hemos prestado a Dios y la bendición que hemos representado para sus vidas. Y hoy, viernes, antes de comenzar a escribir esta nota, un hermano de la iglesia nos ha bendecido con unos suculentos quesos venezolanos y un litro de aceite de oliva. ¡Es sencillamente maravilloso ser bendecidos por Dios! Pero no pocas veces se nos olvida que somos bendecidos con una "cosecha" (el fruto de la fe, el amor y la obediencia) cuando hemos sembrado anteriormente en las personas y en el reino de Dios. De hecho, el hermano que me ofrendó los quesos me lo recordó con estas palabras: --¡Estás cosechando! Porque no olvido una vez que me ofrendaste un litro de aceite años atrás-.
Y quiero que exploremos las formas de dar, que podemos encontrar en la Biblia, y una nueva forma, que el Señor me ha dirigido en otras oportunidades, que se me antojaba que era "nueva", pero meditando en la Palabra, he caído que no es nada nueva; que siempre ha estado en la Escritura, pero yo no había sido instruido ni la había practicado anteriormente.
DAR SEGÚN CANTIDADES
Y voy a comenzar con esta "nueva" forma de dar para mi, pues es lo que he vivido o experimentado recientemente. Y de antemano, quiero disculparme con aquellos lectores, que pueden ser muy sensibles con este tema, por lo específico que seré en mi experiencia con este tema; pero considero que es necesario, para que ustedes capten bien y en toda su dimensión las lecciones que he aprendido y lo que he encontrado en la Palabra de Dios. Para nada quiero alardear ni exhibir lo que doy, sencillamente quiero compartir con ustedes cómo el Espíritu del Señor puede guiarnos a dar, para desatar una bendición o provisión, tanto en el presente como en el futuro, tanto para nuestras vidas como para nuestros ministerios. Y considero que así estoy dirigido hacerlo por medio de este mensaje, que espero bendiga grandemente sus vidas.
Dar según cantidades o números específicos que el Señor pone en nuestra mente y corazón... El Señor ha sido muy paciente conmigo en este tema del dar, de ofrendar. Y este tema o forma de dar en principio me incomodaba; no lo tenía bien claro. Hoy, escuche bien, hoy es cuando lo tengo claro y por eso me atrevo a compartirlo por escrito y públicamente.
Pero esta reflexión y estudio comenzó (aunque ya he tenido otras experiencias parecidas) porque el domingo 4 de mayo, al inicio del mes de Iyar, antes de recolectar la ofrenda, el Espíritu del Señor, suave y tiernamente (como Él suele hacerlo), me impulsó a dar una ofrenda de cien Bolívares (Bs. 100,00), diciéndome: --¡Viene Pentecostés, viene la cosecha! Siembra y proclama que viene una cosecha del ciento por uno (100%). Prepara a mi pueblo para la cosecha--. Así que, luego de examinar bien y orar indagando al Señor si esa era Su voluntad, tuve paz y me propuse a compartir con la iglesia esa instrucción.
Personalmente tengo serias reservas de dirigir a la iglesia en cuanto a cómo dar u ofrendar al Señor. Creo firmemente que la ofrenda es un asunto muy personal, que como bien dice la Escritura cada quien debe dar como se propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, sino con generosidad y liberalidad, con amor, fe y obediencia al Señor. Pero en algunas oportunidades me siento impulsado por el Espíritu del Señor a instruir y a animar a la iglesia a dar y dar según lo que el Espíritu del Señor pueda estar indicando para ese momento. ¡Y así lo hice en esta oportunidad!
Así que, pasé adelante y antes de tomar la ofrenda, especialmente la ofrenda de primicias mensual, correspondiente al mes de Iyar, le compartí lo que el Espíritu, minutos antes, me había instruido hacer. Y animé a aquellos que no estaban preparados a dar una ofrenda de primicias de cien Bolívares; y a los que pudieran hacerlo a dar según esta instrucción del Señor; aunque di esa orientación como una opción o sugerencia, ya que personalmente no enseño a dar de manera obligada ni bajo manipulación, sino en libertad, en fe, amor y obediencia. ¡Creo que Dios ama toda adoración y ofrenda de esa manera! Y también proclamé las promesas que el Espíritu del Señor me dijo que vendrían para todos aquellos que creyeran: 1.- Que tendrían una cosecha del ciento por uno (100%); 2.- Que Él les dará transferencia de riquezas; y 3.- Que Él les proveerá "un maná escondido", es decir una provisión no esperada.
¡Esa semana los testimonios no se hicieron esperar! El jueves durante el culto de oración, varios hermanos y hermanas ya estaban dando testimonio de esa cosecha especial que Dios les estaba dando. Y por medio de los testimonios el Señor confirmó que las tres promesas que nos dio ya se estaban cumpliendo. ¡Gloria a Dios!
Ya el martes de esa semana mi esposa había recibido una ofrenda no esperada de mil Bolívares (Bs. 1,000) y este servidor, una semana después, recibió una ofrenda inesperada de cinco mil Bolívares (Bs. 5,000). Y entonces cuando me estaba preparando para sacar el diezmo de esa ofrenda, nuevamente el Espíritu del Señor se me acercó y me dijo que ahora Él quería que instruyera a la iglesia a preparar una ofrenda especial de primicias para el mes de Siván, por esa misma cantidad , o sea quinientos Bolívares. Otra vez me incomodé con el Señor, no sólo porque no me gusta dirigir a la iglesia en esa asunto de esa manera, sino que también ahora la cantidad había aumentado 4 veces más, o sea Bs. 100 más Bs. 400. Pero entendí que esa era Su voluntad y así instruí a la iglesia de la misma manera, para todo aquel que pudiera y creyera lo que el Espíritu estaba hablando a la iglesia. Sin presión ni manipulación, sino en libertad, en fe y en obediencia.
Esta nueva ofrenda especial sería dada el domingo 8 de Siván (8 de junio), durante la celebración de Pentecostés 2014. Pero ya antes de ese día (como el Señor suele hacer cuando obedezco Sus instrucciones), ya Él me estaba bendiciendo con ofrendas especiales. El jueves 5 y el viernes 6 de Siván (5 y 6 de junio) fueron noches gloriosas, la presencia del Señor, el gozo, el júbilo y celebración del pueblo fueron sencillamente extravagantes y gloriosas. Hubo sanidades, milagros y bendición tras bendición; pero el domingo el Señor traería aún más de Su gracia y bendición sobre Su pueblo.
Ya durante esa semana las cantidades y múltiplos de 5 y 2 sencillamente me abrumaron, me inundaron y era evidente que el Señor me estaba hablando, me estaba tratando de decir algo, que yo todavía no lograba entender hasta el domingo 8 de Siván, cuando finalmente capté todo el cuadro; y por eso comparto este mensaje con ustedes, mis queridos lectores, de manera que sean bendecidos como nosotros hemos sido bendecidos.
Y ese domingo de Pentecostés, el Señor me dirigió para que hiciéramos cinco (5) proclamas, por medio de cinco (5) actos proféticos:
1. La proclama de bendición, celebrando la Cena del Señor como recordatorio que somos bendecidos con toda bendición espiritual, mediante el Nuevo Pacto en la sangre de nuestro Señor Jesucristo y su sacrificio de amor en la Cruz del Calvario.
2. La proclama de abundante siembra y cosecha, celebrando las primicias del mes de Siván con nuestros diezmos, primicias, ofrendas y la ofrenda especial de quinientos Bolívares (Bs. 500,00), tal como el Señor nos instruyó unos días antes.
3. La proclama de multiplicación, participando de una comida profética por medio de cinco (5) panes y cinco (5) pecesillos, que multiplicados dan veinticinco (25), número que representa gracia sobre gracia. La sobreabundante gracia de Dios para bendecirnos, de manera que podamos bendecir a otros.
4. La proclama de alabanza, alabando al Señor con gozo y entrando y saliendo por una puerta rodeadas de palmas (que representan la alabanza y la victoria de los redimidos Ap. 7:9-10).
5. La proclama de la provisión, participando de una mesa profética llena de variedades de frutas (ver foto abajo), que representan la provisión, la cosecha espiritual y material que el Señor ya tiene preparada para Su pueblo, de todos aquellos que con sacrificios de alabanza y con todo Su corazón invocan y celebran Su Gran Nombre.
El ambiente boscoso, lleno de árboles, lleno de vida y de la presencia gloriosa del Espíritu Santo estaba cargado de gozo, de júbilo y celebración. La congregación participó con gozo, con fe, amor y libertad, para recibir del Señor todo lo que Él tiene preparado para Su pueblo.
Y la respuesta del Señor se confirmó el martes 10 de Siván, después que se contaron los diezmos, ofrendas y primicias que la congregación trajo el domingo 8 de Siván. La suma total de lo ofrendado fue de Bs. 508.933,00, lo cual incluye dos (2) ofrendas especiales que dos (2) familias dieron el sábado 7 de Siván en la Oficina principal de la iglesia. ¡Ya eso era glorioso! El Señor nos había dado una cosecha de más de Bs. 500.000, o sea 5 por 100,000. ¡No sólo 5 por 100, ni 5 por 1,000, sino 5 por 100,000! (ó 500 por 1,000) ¡Aleluya, gloria a Dios!
Pero hay más, tuve la curiosidad de contar solamente lo ofrendado el día viernes y el domingo, que fueron los días cuando la iglesia se reunió para celebrar y ofrendar, y la suma total de lo ofrendado fue de Bs. 500.535,00. Un monto con tres (3) cinco (5) y un tres (3) al final. Para los que conocemos algo del lenguaje de Dios por medio de los números sabemos que ese monto no es coincidencial, sino muy, pero muy providencial. Pues el cinco (5) representa la gracia de Dios, autoridad y dominio; y el tres (3) la Trinidad divina, unión y consumación.
Todavía hay mucho más, la sumatoria de los 508933 da el número 28 (20+8), cuyo mensaje pudiera ser: "somos testigos de un nuevo tiempo." el Domingo 8 de Siván del 5774, el Señor nos reunió, nos citó para que fuéramos testigos de un nuevo tiempo... ¡Aleluya!
¡Ya ese mensaje en sí es glorioso, maravilloso! Pero como les dije, lo que más me abrumó y asombró fue la sumatoria de lo recaudado entre el viernes y el domingo, que da la cantidad de Bs. 500.535, o sea 500 mil 500 30 y 5 ¡vean todos los múltiplos de cinco!
- 5 x 100,000 ¡Esto es sobreabundancia! ¡Esto es lo que viene!
Una vez más pido disculpas a todos aquellos hermanos que puedan ser sensibles con el tema de las ofrendas, pero como verán, primero he sido dirigido por el Señor a compartirles esta enseñanza y testimonio; y también vi necesario ser tan específico como fuera posible, para que siguieran las instrucciones del Espíritu y vieran su respectiva respuesta a la fe y obediencia de Su pueblo.
Por apóstol Dr. Daniel Guerrero
INTRODUCCIÓN
Voy a hacer un paréntesis, para que juntos reflexionemos sobre el tema del dar, del ofrendar a Dios, como expresión de nuestra fe, amor y gratitud a Dios. Y en el contexto de la Fiesta de Pentecostés 2014.
Y lo hago, porque en las últimas semanas, y durante muchos años, el Señor me ha dirigido a reflexionar sobre el tema del dar y ofrendar; además de las diferentes formas que podemos observar en las Sagradas Escrituras.
¡Además, estamos en Pentecostés! ¡Es el tiempo de la cosecha, de celebrar la bendición y provisión de Dios para nuestras vidas! Y precisamente, en esta semana el Señor me dirigió nuevamente a prestarle atención a este tema, pues Él me ha dirigido a dar de una "nueva" manera para mi (sospecho que desde ahora no lo será) y también he sido bendecido con diferentes formas de ofrendas hacia mi persona y familia. Las enumero, para que ustedes tengan una idea de cuán recurrente ha sido el tema en esta semana de Pentecostés. El martes una hermana nos preparó y ofrendó un suculento pasticho vegetariano, que luego tuvimos la oportunidad de compartir durante el almuerzo, con cuatro líderes de la iglesia; ese mismo día, otra familia de la iglesia nos invitó a cenar, para juntos compartir sobre los planes que tiene a futuro. Al día siguiente, el miércoles, otra familia nos ofrendó una rica sopa, que luego el jueves, degustamos mi esposa y yo en el almuerzo. Ya que el miércoles, al mediodía, otra familia nos había invitado a almorzar en un restaurante de la ciudad, como una forma de expresarnos su amor y gratitud por el servicio que le hemos prestado a Dios y la bendición que hemos representado para sus vidas. Y hoy, viernes, antes de comenzar a escribir esta nota, un hermano de la iglesia nos ha bendecido con unos suculentos quesos venezolanos y un litro de aceite de oliva. ¡Es sencillamente maravilloso ser bendecidos por Dios! Pero no pocas veces se nos olvida que somos bendecidos con una "cosecha" (el fruto de la fe, el amor y la obediencia) cuando hemos sembrado anteriormente en las personas y en el reino de Dios. De hecho, el hermano que me ofrendó los quesos me lo recordó con estas palabras: --¡Estás cosechando! Porque no olvido una vez que me ofrendaste un litro de aceite años atrás-.
Y quiero que exploremos las formas de dar, que podemos encontrar en la Biblia, y una nueva forma, que el Señor me ha dirigido en otras oportunidades, que se me antojaba que era "nueva", pero meditando en la Palabra, he caído que no es nada nueva; que siempre ha estado en la Escritura, pero yo no había sido instruido ni la había practicado anteriormente.
DAR SEGÚN CANTIDADES
Y voy a comenzar con esta "nueva" forma de dar para mi, pues es lo que he vivido o experimentado recientemente. Y de antemano, quiero disculparme con aquellos lectores, que pueden ser muy sensibles con este tema, por lo específico que seré en mi experiencia con este tema; pero considero que es necesario, para que ustedes capten bien y en toda su dimensión las lecciones que he aprendido y lo que he encontrado en la Palabra de Dios. Para nada quiero alardear ni exhibir lo que doy, sencillamente quiero compartir con ustedes cómo el Espíritu del Señor puede guiarnos a dar, para desatar una bendición o provisión, tanto en el presente como en el futuro, tanto para nuestras vidas como para nuestros ministerios. Y considero que así estoy dirigido hacerlo por medio de este mensaje, que espero bendiga grandemente sus vidas.
Dar según cantidades o números específicos que el Señor pone en nuestra mente y corazón... El Señor ha sido muy paciente conmigo en este tema del dar, de ofrendar. Y este tema o forma de dar en principio me incomodaba; no lo tenía bien claro. Hoy, escuche bien, hoy es cuando lo tengo claro y por eso me atrevo a compartirlo por escrito y públicamente.
Pero esta reflexión y estudio comenzó (aunque ya he tenido otras experiencias parecidas) porque el domingo 4 de mayo, al inicio del mes de Iyar, antes de recolectar la ofrenda, el Espíritu del Señor, suave y tiernamente (como Él suele hacerlo), me impulsó a dar una ofrenda de cien Bolívares (Bs. 100,00), diciéndome: --¡Viene Pentecostés, viene la cosecha! Siembra y proclama que viene una cosecha del ciento por uno (100%). Prepara a mi pueblo para la cosecha--. Así que, luego de examinar bien y orar indagando al Señor si esa era Su voluntad, tuve paz y me propuse a compartir con la iglesia esa instrucción.
Personalmente tengo serias reservas de dirigir a la iglesia en cuanto a cómo dar u ofrendar al Señor. Creo firmemente que la ofrenda es un asunto muy personal, que como bien dice la Escritura cada quien debe dar como se propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, sino con generosidad y liberalidad, con amor, fe y obediencia al Señor. Pero en algunas oportunidades me siento impulsado por el Espíritu del Señor a instruir y a animar a la iglesia a dar y dar según lo que el Espíritu del Señor pueda estar indicando para ese momento. ¡Y así lo hice en esta oportunidad!
Así que, pasé adelante y antes de tomar la ofrenda, especialmente la ofrenda de primicias mensual, correspondiente al mes de Iyar, le compartí lo que el Espíritu, minutos antes, me había instruido hacer. Y animé a aquellos que no estaban preparados a dar una ofrenda de primicias de cien Bolívares; y a los que pudieran hacerlo a dar según esta instrucción del Señor; aunque di esa orientación como una opción o sugerencia, ya que personalmente no enseño a dar de manera obligada ni bajo manipulación, sino en libertad, en fe, amor y obediencia. ¡Creo que Dios ama toda adoración y ofrenda de esa manera! Y también proclamé las promesas que el Espíritu del Señor me dijo que vendrían para todos aquellos que creyeran: 1.- Que tendrían una cosecha del ciento por uno (100%); 2.- Que Él les dará transferencia de riquezas; y 3.- Que Él les proveerá "un maná escondido", es decir una provisión no esperada.
¡Esa semana los testimonios no se hicieron esperar! El jueves durante el culto de oración, varios hermanos y hermanas ya estaban dando testimonio de esa cosecha especial que Dios les estaba dando. Y por medio de los testimonios el Señor confirmó que las tres promesas que nos dio ya se estaban cumpliendo. ¡Gloria a Dios!
Ya el martes de esa semana mi esposa había recibido una ofrenda no esperada de mil Bolívares (Bs. 1,000) y este servidor, una semana después, recibió una ofrenda inesperada de cinco mil Bolívares (Bs. 5,000). Y entonces cuando me estaba preparando para sacar el diezmo de esa ofrenda, nuevamente el Espíritu del Señor se me acercó y me dijo que ahora Él quería que instruyera a la iglesia a preparar una ofrenda especial de primicias para el mes de Siván, por esa misma cantidad , o sea quinientos Bolívares. Otra vez me incomodé con el Señor, no sólo porque no me gusta dirigir a la iglesia en esa asunto de esa manera, sino que también ahora la cantidad había aumentado 4 veces más, o sea Bs. 100 más Bs. 400. Pero entendí que esa era Su voluntad y así instruí a la iglesia de la misma manera, para todo aquel que pudiera y creyera lo que el Espíritu estaba hablando a la iglesia. Sin presión ni manipulación, sino en libertad, en fe y en obediencia.
Esta nueva ofrenda especial sería dada el domingo 8 de Siván (8 de junio), durante la celebración de Pentecostés 2014. Pero ya antes de ese día (como el Señor suele hacer cuando obedezco Sus instrucciones), ya Él me estaba bendiciendo con ofrendas especiales. El jueves 5 y el viernes 6 de Siván (5 y 6 de junio) fueron noches gloriosas, la presencia del Señor, el gozo, el júbilo y celebración del pueblo fueron sencillamente extravagantes y gloriosas. Hubo sanidades, milagros y bendición tras bendición; pero el domingo el Señor traería aún más de Su gracia y bendición sobre Su pueblo.
Ya durante esa semana las cantidades y múltiplos de 5 y 2 sencillamente me abrumaron, me inundaron y era evidente que el Señor me estaba hablando, me estaba tratando de decir algo, que yo todavía no lograba entender hasta el domingo 8 de Siván, cuando finalmente capté todo el cuadro; y por eso comparto este mensaje con ustedes, mis queridos lectores, de manera que sean bendecidos como nosotros hemos sido bendecidos.
Decoración y Celebración de Pentecostés 2014 |
1. La proclama de bendición, celebrando la Cena del Señor como recordatorio que somos bendecidos con toda bendición espiritual, mediante el Nuevo Pacto en la sangre de nuestro Señor Jesucristo y su sacrificio de amor en la Cruz del Calvario.
2. La proclama de abundante siembra y cosecha, celebrando las primicias del mes de Siván con nuestros diezmos, primicias, ofrendas y la ofrenda especial de quinientos Bolívares (Bs. 500,00), tal como el Señor nos instruyó unos días antes.
3. La proclama de multiplicación, participando de una comida profética por medio de cinco (5) panes y cinco (5) pecesillos, que multiplicados dan veinticinco (25), número que representa gracia sobre gracia. La sobreabundante gracia de Dios para bendecirnos, de manera que podamos bendecir a otros.
4. La proclama de alabanza, alabando al Señor con gozo y entrando y saliendo por una puerta rodeadas de palmas (que representan la alabanza y la victoria de los redimidos Ap. 7:9-10).
5. La proclama de la provisión, participando de una mesa profética llena de variedades de frutas (ver foto abajo), que representan la provisión, la cosecha espiritual y material que el Señor ya tiene preparada para Su pueblo, de todos aquellos que con sacrificios de alabanza y con todo Su corazón invocan y celebran Su Gran Nombre.
Mesa profética para la celebración de Pentecostés 2014 |
Y la respuesta del Señor se confirmó el martes 10 de Siván, después que se contaron los diezmos, ofrendas y primicias que la congregación trajo el domingo 8 de Siván. La suma total de lo ofrendado fue de Bs. 508.933,00, lo cual incluye dos (2) ofrendas especiales que dos (2) familias dieron el sábado 7 de Siván en la Oficina principal de la iglesia. ¡Ya eso era glorioso! El Señor nos había dado una cosecha de más de Bs. 500.000, o sea 5 por 100,000. ¡No sólo 5 por 100, ni 5 por 1,000, sino 5 por 100,000! (ó 500 por 1,000) ¡Aleluya, gloria a Dios!
Pero hay más, tuve la curiosidad de contar solamente lo ofrendado el día viernes y el domingo, que fueron los días cuando la iglesia se reunió para celebrar y ofrendar, y la suma total de lo ofrendado fue de Bs. 500.535,00. Un monto con tres (3) cinco (5) y un tres (3) al final. Para los que conocemos algo del lenguaje de Dios por medio de los números sabemos que ese monto no es coincidencial, sino muy, pero muy providencial. Pues el cinco (5) representa la gracia de Dios, autoridad y dominio; y el tres (3) la Trinidad divina, unión y consumación.
Todavía hay mucho más, la sumatoria de los 508933 da el número 28 (20+8), cuyo mensaje pudiera ser: "somos testigos de un nuevo tiempo." el Domingo 8 de Siván del 5774, el Señor nos reunió, nos citó para que fuéramos testigos de un nuevo tiempo... ¡Aleluya!
¡Ya ese mensaje en sí es glorioso, maravilloso! Pero como les dije, lo que más me abrumó y asombró fue la sumatoria de lo recaudado entre el viernes y el domingo, que da la cantidad de Bs. 500.535, o sea 500 mil 500 30 y 5 ¡vean todos los múltiplos de cinco!
- 5 x 100,000 ¡Esto es sobreabundancia! ¡Esto es lo que viene!
- 5 x 100 ¡Esto es abundancia! ¡Esto es cosecha!
- Tres 5: 5x100,000, 5x1000 y 5x1
- Tres 5 y en el medio de dos 5 hay un 3. Tres (3) son las cosechas que Dios espera de Su pueblo. En nuestro caso tres (3) son las cosechas que Dios nos dará y que nosotros le daremos a Él.
La sumatoria de los 500535 da el número 18 (10 + 8), cuyo mensaje pudiera ser "inicio de una nueva administración o un nuevo ciclo u orden en el reino de Dios".
El 8-3-74 en el calendario religioso hebreo ó el 8-9-74 en el calendario civil, Dios nos da este poderoso mensaje: "Son testigos de un nuevo tiempo, de un nuevo ciclo u orden administrativo en el reino de Dios."
- Tres 5: 5x100,000, 5x1000 y 5x1
- Tres 5 y en el medio de dos 5 hay un 3. Tres (3) son las cosechas que Dios espera de Su pueblo. En nuestro caso tres (3) son las cosechas que Dios nos dará y que nosotros le daremos a Él.
La sumatoria de los 500535 da el número 18 (10 + 8), cuyo mensaje pudiera ser "inicio de una nueva administración o un nuevo ciclo u orden en el reino de Dios".
El 8-3-74 en el calendario religioso hebreo ó el 8-9-74 en el calendario civil, Dios nos da este poderoso mensaje: "Son testigos de un nuevo tiempo, de un nuevo ciclo u orden administrativo en el reino de Dios."
Pero hay otro mensaje profético para la iglesia, pues así el Señor me lo dijo cuando me dio la instrucción de ofrendar Bs. 500 en Pentecostés 2014 y vez tras vez durante la semana de Pentecostés: Los estoy preparando para la cosecha que viene. ¡Les voy a dar un anticipo de lo que viene! Y el próximo año será 5775, cuyo número termina en cinco (5) y será el año del Espíritu Santo, el año de Gracia, pero Gracia sobrebundante para los que creen, siembran, cosechan y avanzan en el reino de nuestro Señor Jesucristo.
Una vez más pido disculpas a todos aquellos hermanos que puedan ser sensibles con el tema de las ofrendas, pero como verán, primero he sido dirigido por el Señor a compartirles esta enseñanza y testimonio; y también vi necesario ser tan específico como fuera posible, para que siguieran las instrucciones del Espíritu y vieran su respectiva respuesta a la fe y obediencia de Su pueblo.
Y termino esta Primera parte de este mensaje, compartiéndoles como nuestra siembra por fe y obediencia puede prepararnos para lo que Dios tiene para nosotros, Su pueblo. Y no me puedo detener a explicarles mucho sobre el lenguaje de Dios por medio de los números, así que les animo, si todavía no lo han hecho, que lean el mensaje que compartí sobre el tiempo de Dios y los números, en el Blog de la Comunidad cristiana Hay paz con Dios. Si así lo desean, pueden hacer click aquí.
El número cinco (5) es representando en el alefato o alfabeto hebreo por la letra "Hey". El número cinco (5) como dije arriba, representa la gracia de Dios; y el número 25 en la Biblia significa "el número de gracia multiplicado por cinco". El cinco también representa autoridad y dominio (la diestra o mano derecha). Es esa gracia la que nos permite esperar por las promesas de Dios. Es esa gracia la que nos permite ser fieles en medio de nuestras tormentas. Así que, el número 25 puede también representar lo que bien pudieras llamar ¡gracia bajo fuego! El Señor, en Su gracia, ha dispensado gracia abundante sobre la Comunidad cristiana Hay paz con Dios, para que pueda pasar por el fuego de Su juicio que viene sobre nuestra ciudad y nuestro país, de manera que seamos de bendición y podamos entrar al nuevo tiempo del Espíritu Santo, que viene a partir del próximo año 5775.
Y nos ha dado Palabra de promesa: "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" 2Corintios 9:8
Y como dije arriba el número cinco (5) tiene su correspondencia en el alefato hebreo en la letra Hey. Esta letra originalmente tenía la figura de un hombre con las manos arriba y significaba "¡Mira!" o más formalmente "¡He aquí!", como anuncio o expresión de sorpresa ante una gran vista o acontecimiento ante nosotros. Posteriormente ilustró una ventana o la rejilla de una ventana, para ilustrar su sonido aspirado con el paso del viento por ella: Jey. Y con ello adquirió el significado de viento, soplo, espíritu.
Así, tal como el Señor me dijo, esta ofrenda de Pentecostés 2014 es una anticipación de lo que viene. Y lo que viene es el año del Espíritu, el 5775, o Ayin-Hey, el año de la Visión del Espíritu, en el cual podremos esperar un gran derramamiento del Espíritu sobre las naciones, especialmente sobre Israel, tal como lo profetizó el profeta Joel (2:28-29):
"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días".
Especialmente en el contexto de la tétrada de lunas rojas y otras señales celestiales que se harán presentes entre los años 5774 al 5775 (2014-2015), tal como lo proclamó el profeta Joel y lo experimentaron los primeros discípulos entre los años 32 al 33 d.C., en Jerusalén (Joel 2:28-32; Hch. 2:1-21):
"Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto."
Personalmente estoy orando para que el próximo año se cumpla la oración del apóstol Pablo a favor del pueblo judío, que encontramos en Romanos 10:1-4:
"Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree."
Y se cumpla finalmente su plena restauración y re-incorporación al Olivo de Dios, por el cual corre la savia del Espíritu del Señor en ella (Romanos 11:11-15):
"Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?"
El número cinco (5) es representando en el alefato o alfabeto hebreo por la letra "Hey". El número cinco (5) como dije arriba, representa la gracia de Dios; y el número 25 en la Biblia significa "el número de gracia multiplicado por cinco". El cinco también representa autoridad y dominio (la diestra o mano derecha). Es esa gracia la que nos permite esperar por las promesas de Dios. Es esa gracia la que nos permite ser fieles en medio de nuestras tormentas. Así que, el número 25 puede también representar lo que bien pudieras llamar ¡gracia bajo fuego! El Señor, en Su gracia, ha dispensado gracia abundante sobre la Comunidad cristiana Hay paz con Dios, para que pueda pasar por el fuego de Su juicio que viene sobre nuestra ciudad y nuestro país, de manera que seamos de bendición y podamos entrar al nuevo tiempo del Espíritu Santo, que viene a partir del próximo año 5775.
Y nos ha dado Palabra de promesa: "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra" 2Corintios 9:8
Y como dije arriba el número cinco (5) tiene su correspondencia en el alefato hebreo en la letra Hey. Esta letra originalmente tenía la figura de un hombre con las manos arriba y significaba "¡Mira!" o más formalmente "¡He aquí!", como anuncio o expresión de sorpresa ante una gran vista o acontecimiento ante nosotros. Posteriormente ilustró una ventana o la rejilla de una ventana, para ilustrar su sonido aspirado con el paso del viento por ella: Jey. Y con ello adquirió el significado de viento, soplo, espíritu.
Así, tal como el Señor me dijo, esta ofrenda de Pentecostés 2014 es una anticipación de lo que viene. Y lo que viene es el año del Espíritu, el 5775, o Ayin-Hey, el año de la Visión del Espíritu, en el cual podremos esperar un gran derramamiento del Espíritu sobre las naciones, especialmente sobre Israel, tal como lo profetizó el profeta Joel (2:28-29):
"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días".
Especialmente en el contexto de la tétrada de lunas rojas y otras señales celestiales que se harán presentes entre los años 5774 al 5775 (2014-2015), tal como lo proclamó el profeta Joel y lo experimentaron los primeros discípulos entre los años 32 al 33 d.C., en Jerusalén (Joel 2:28-32; Hch. 2:1-21):
"Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto."
Personalmente estoy orando para que el próximo año se cumpla la oración del apóstol Pablo a favor del pueblo judío, que encontramos en Romanos 10:1-4:
"Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree."
Y se cumpla finalmente su plena restauración y re-incorporación al Olivo de Dios, por el cual corre la savia del Espíritu del Señor en ella (Romanos 11:11-15):
"Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?"
Hay mucho más que compartir sobre la letra Hey (Jei) su significado y su importancia para nosotros; pero creo que ya he compartido lo suficiente en esta Primera parte de este estudio sobre "Sembrar, Cosechar y Avanzar". En la Segunda parte, estudiaremos otros ejemplos que las Sagradas Escrituras nos han dejado sobre la relación de las ofrendas con ciertas cantidades.
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